El Servicio Agrícola y Ganadero (SAG) se encuentra investigando la muerte de al menos 40 animales a bordo del buque Edén, de la empresa Navimag, que el viernes llegó a Puerto Montt proveniente de Puerto Natales, con más de 2 mil cabezas de vacuno a bordo.
De acuerdo con versiones emanadas desde la Secretaría Regional Ministerial de Agricultura, los funcionarios del SAG intentaron sin éxito conseguir una versión oficial de la naviera, por lo que no han podido determinar de manera precisa cuántos vacunos murieron durante la navegación, ni cuáles serían las causas.
Oficialmente, el SAG manifestó que vela por el cumplimiento de las normas de bienestar animal, contenidas en el decreto 30, que deriva la responsabilidad de la alimentación y cuidado de los animales transportados en quien realice el transporte.
En tanto, para los ganaderos las responsabilidades están claras. Luis Mladinic, presidente de la Asociación de Criadores de Hereford de Magallanes, manifestó que “no es la primera vez que esto pasa; nos preocupa que está ocurriendo cada vez con más frecuencia”.
Su hijo, Luis Mladinic León, fue enfático en que “el barco llegó tarde, no pudo atracar. Los animales llevaban 48 horas esperando poder embarcar, más el embarque, más el viaje… En vez de demorarse cuatro días, este viaje demoró siete. El barco, además, no es ideal para llevar animales, pues tiene mala ventilación”.
Agregó que “este es un tema de coordinación: se sabe que va a haber 70 kilómetros de viento en Puerto Natales. La naviera tiene que dar respuesta por estos temas”.
El gerente comercial de Navimag, Ramón Ampuero, manifestó a Diario El Pingüino que “sería irresponsable decir que esto ocurre por una sola causa; hay muchas personas involucradas en la cadena”. Agregó que las condiciones climáticas adversas generaron un retraso en el itinerario del viaje, pero que ello “escapa de la media”.
En tanto, desde la Gobernación Marítima -entidad encargada de las fiscalizaciones- manifestaron que la nave fue autorizada para zarpar, recibidos los documentos necesarios para probar que la nave y la carga que transportaría estaba en regla. La autoridad detalló que se realizan fiscalizaciones aleatorias y que las decisiones tomadas por el capitán del navío tienen por objetivo proteger la vida humana antes que la carga, sea cual sea la naturaleza de ésta.