Finalizó el primer semestre de estudios y para muchos vienen buenas noticias: el merecido descanso. Sin embargo, para algunos esta etapa termina sin haber obtenido el rendimiento y las calificaciones a la altura de sus expectativas ni de la familia, por lo que hay quienes piensan que es un excelente momento para nivelar conocimientos.
Pero para la psicóloga y docente de la Escuela de Psicología de la Universidad del Pacífico, Guila Sosman, esto no parece ser lo más conveniente. “El ideal es que en vacaciones los niños puedan disfrutar de ese periodo con tranquilidad y sin las presiones escolares, por ende no se recomienda que estudien o repasen mientras se encuentran en vacaciones”, comenta la especialista.
Claro que, como en todas las cosas, la experta plantea que cada caso es muy distinto y se debe evaluar antes de dar una opinión profesional.
“Es apropiado el apoyo académico en casos de alumnos que reprobaron algún curso durante el semestre o que deben rendir pruebas inmediatamente después de las vacaciones, por lo que deben aprovechar este período como una oportunidad para ponerse al día con los estudios y mejor si esto se realiza con el apoyo de algún docente o familiar que tenga los conocimientos necesarios para guiar el estudio del alumno”, indica la psicóloga clínica.
Respecto a cuál es la edad apropiada para comenzar a brindar este apoyo, Sosman señala que en general es desde que los niños comienzan la escolarización, es decir, desde primero básico. “Ahora bien, más que la edad de inicio es importante evaluar cada caso, porque el bajo rendimiento escolar puede tener muchas causas, más allá de las dificultades cognitivas, como desmotivación o distracción. Muestra de esto es que un niño que está pasando por un momento difícil a nivel familiar, por ejemplo la separación de sus padres o el fallecimiento de un familiar cercano, puede presentar una disminución en su rendimiento escolar y en este caso, más que apoyo académico, es importante consultar a un psicólogo que pueda apoyar al niño o joven en este proceso”, indica.
Para evitar excesos y sobrecarga en este reforzamiento, la profesora de Psicología de la Universidad del Pacífico comenta que es importante ir regulando los tiempos y la cantidad de estudio según lo que vaya indicando el mismo niño, sin forzarlo u obligarlo a estudiar.
“Ello, porque esto finalmente puede provocar rechazo, aburrimiento o conductas de rebeldía de parte del niño, lo que no beneficia en nada su proceso de aprendizaje”, aclara.
De esta manera, recomienda motivar a los hijos con los conocimientos que va adquiriendo, mostrándoles la utilidad que estos tienen para su vida futura o, dependiendo de la edad, utilizando técnicas lúdicas para enseñar ciertos contenidos.
Adicionalmente, la especialista dice que es vital que la jornada diaria entre entretención, descanso y estudio, no le sea impuesta al niño. “Es importante que el horario se acuerde con los niños, de modo que le haga sentido y pueda también desarrollar actividades deportivas, sociales y/o recreativas. Dado lo anterior, se recomienda que el tiempo de estudio se realice en la mañana, cuando es probable que el niño esté más despejado y que se acuerde con él que posteriormente a sus estudios tendrá el resto del día para hacer actividades propias de las vacaciones”, sugiere.
¿Pero cuándo es necesario consultar más allá de lo pedagógico?
Guila Sosman señala que pueden si bien se puede contar con apoyo académico a través de un profesor particular o de cursos extracurriculares de reforzamiento, también se puede trabajar con la labor de un psicopedagogo, fonoaudiólogo, terapeuta ocupacional o cualquier profesión vinculada a mejorar las condiciones de aprendizaje de un niño.
“Es necesario consultar cuando los padres se dan cuenta de que el bajo rendimiento no es un problema en sí mismo, sino que está siendo un síntoma o una alarma de una conflictiva mayor, ya que el rendimiento no mejora sólo con técnicas pedagógicas y las dificultades abarcan más aéreas que las académicas, por ejemplo, la relación con los pares y familia, aislamiento, conductas de riesgo, etc”, precisa.
Tips para el correcto aprendizaje a la vuelta de clases
La psicóloga comparte algunos consejos como:
- Tener una rutina diaria acordada entre padres e hijos que privilegie el estudio, sin dejar de lado actividades recreativas y deportivas.
- Planificar el estudio, dedicándole más horas a las asignaturas en las que el niño tenga más dificultades.
- Poseer un lugar dentro de la casa apropiado para estudiar, sin distractores y con privacidad.
- Contar con el apoyo y participación de la familia en la educación de sus hijos, sin una actitud de sobre exigencia o de negligencia, sino de acuerdo a las características específicas del estudiante en cuestión.
- Evaluar que el colegio cuente con un clima y estilo de enseñanza adecuado a las características del niño o niña que estudia en dicho establecimiento.
“Se sugiere que unos días antes de la vuelta a clases, los niños y niñas comiencen a reajustarse al horario del colegio, por ejemplo durmiéndose y despertándose más temprano, para que se acostumbre paulatinamente al ritmo y la rutina que dejaron durante el descanso de vacaciones”, concluye.