El Museo Británico de Londres explora en una exposición los cambiantes patrones de belleza en la antigua Grecia y sus influencias, recurriendo a esculturas icónicas de su colección y a préstamos “milagrosos” de otros museos.
Bajo el título “Definición de la belleza: el cuerpo en el arte de la antigua Grecia”, la exposición, que abre al público este jueves, recorre las distintas representaciones del cuerpo en el mundo heleno.
De la idealización de los grandes escultores atenienses del siglo V antes de Cristo (Mirón, Fidias), se pasa a la visión más personal y realista de la época de Alejandro Magno, en el siglo IV antes de Cristo.
Hay esculturas y objetos que sirven para contextualizar el arte griego antiguo y observar su influencia, por ejemplo en Asia, a través de las primeras representaciones de Buda, o en la Europa del Renacimiento. De este modo, los visitantes se impregnan de la vida de los griegos de la época de las ciudades-estado.
Esta exposición cuenta con seis de los famosos mármoles del Partenón (traídos a Gran Bretaña en el siglo XIX y en vano reclamados por Atenas) y préstamos “milagrosos”, en palabras de la directora del Museo Británico, Neil MacGregor .
De estos préstamos, destaca una magnífica escultura de bronce rescatada del Mediterráneo en 1999 y que pertenece a Croacia.
“Es uno de los mayores descubrimientos arqueológicos de los últimos 30 años”, dijo MacGregor sobre esta escultura. “Es un tesoro nacional y una oportunidad para nosotros de ver que aspecto tenían realmente los bronces griegos”.
En efecto, muchos bronces han desaparecido, destruidos al final de la antigüedad porque tenían más valor como chatarra que como obra de arte. La mayoría han llegado a nosotros a través de copias romanas en mármol.
Otros inestimable préstamo: el Torso de Belvedere, generalmente expuesto en el Vaticano, y que inspiró a Miguel Ángel para su Adán de la Capilla Sixtina.
Esta obra maestra, que cierra la exposición, está colocada frente a una de las esculturas del Partenón de Atenas hechas en la escuela de Fidias.
“Lo más destacado es la reunión entre la escuela de Miguel Ángel y la escuela de Fidias (…) No imaginamos lo bien que quedarían juntas”, se maravilló el comisario de la muestra, Ian Jenkins.
Esta exposición es la primera de una serie diseñada para mostrar las colecciones permanentes del Museo Británico y se prolongará hasta el 5 de julio de 2015.