Los líderes de Ucrania, Rusia, Alemania y Francia iniciaron en Minsk una cumbre para intentar alcanzar un acuerdo de paz en Ucrania, donde la violencia dejó este miércoles uno de los balances más sangrientos en los 10 meses de conflicto.

Petro Poroshenko, Vladimir Putin, Angela Merkel y François Hollande iniciaron la cumbre con una reunión “reducida”, indicaron responsables franceses y ucranianos. Los consejeros de los dignatarios deberán continuar las conversaciones.

Al inicio del encuentro, Putin y su homólogo ucraniano, con semblante serio, se dieron brevemente la mano rodeados de Merkel y Hollande.

Los presidentes ucraniano y francés y la jefa de gobierno alemana decidieron reunirse brevemente antes de unirse al mandatario ruso, al que consideran responsable del conflicto en Ucrania.

Poroshenko advirtió por su parte que podría “introducir la ley marcial en Ucrania” si las negociaciones en la capital bielorrusa no logran detener la guerra con los separatistas prorrusos.

La ley marcial implicaría una grave escalada en la crisis, liberando recursos militares para la batalla en el este, pero también obligaría a Ucrania a prescindir de inversiones extranjeras, entre ellas un préstamo vital proveniente del Fondo Monetario Internacional (FMI).

‘Una sola voz’

El dirigente prooccidental afirmó que Ucrania, Francia y Alemania hablarán con “una sola voz” en la cumbre de paz en Minsk, y pedirán un alto el fuego incondicional. “La prioridad es un alto el fuego sin condiciones previas”, insistió.

Los separatistas prorrusos negociaron el martes por la tarde en la capital bielorrusa con los emisarios de Kiev, en presencia de representantes de Rusia y la OSCE, aunque no se conoce la naturaleza exacta de sus exigencias para poner fin al conflicto, que ya ha dejado más de 5.300 muertos.

Sobre el terreno la violencia ha arreciado, con 48 muertos en las últimas 24 horas, entre soldados, rebeldes y civiles.

Según el emisario de la autoproclamada República Popular de Donetsk, Denis Pushilin, “aún es demasiado pronto para hablar de un alto el fuego”.

Berlín considera el encuentro apenas un “rayo de esperanza” cuyo resultado es “incierto”, según el portavoz de la canciller alemana Angela Merkel.

La jefa de la diplomacia de la UE, Federica Mogherini, aseguró a la AFP en Estrasburgo que la cumbre de Minsk de este miércoles será “un momento decisivo, para lo mejor o para lo peor”.

Ambas partes han intensificado los ataques en las últimas semanas, y especialmente en los últimos días, con el objetivo de acaparar terreno y llegar en una posición de fuerza a la mesa de negociaciones.

Hubo 48 muertos en las últimas 24 horas en el este del país, incluyendo a 16 en la ciudad de Kramatorsk, donde se encuentra el Estado Mayor del gobierno ucraniano, y 11 personas en el bastión rebelde de Donetsk.

El presidente estadounidense, Barack Obama, advirtió al Kremlin de que “si Rusia continúa con sus agresiones a Ucrania, sobre todo enviando soldados, armas y financiando a los rebeldes, el precio a pagar aumentará”.

Nuevas propuestas, viejos planes

La reunión ofrece una oportunidad única a Vladimir Putin, cuya presencia fue confirmada esta mañana por el Kremlin, para tomar la palabra y negar toda implicación rusa en el conflicto ucraniano, que ha provocado la peor crisis entre Moscú y Occidente desde el fin de la Guerra Fría.

Kiev está desesperado por lograr que Putin firme el acuerdo, pero Moscú insiste una y otra vez en que Kiev debe pactar con los rebeldes, no con Rusia.

El plan francoalemán se basa en gran parte en el firmado por las partes en septiembre y que ha sido sistemáticamente incumplido. Se espera que al menos sea posible llegar a un alto el fuego, tras semanas de intensos combates que han dejado cientos de muertos.

Según informaciones del Departamento de Estado estadounidense, la nueva propuesta prevé una zona desmilitarizada de 50 a 70 kilómetros de ancho a lo largo de la línea del frente actual.

Pero Ucrania ya ha declarado que considera inaceptable la línea de frente actual, ya que los separatistas ocupan en la actualidad 500 kilómetros cuadrados suplementarios respecto a septiembre.

El otro gran problema es la frontera rusoucraniana. La exigencia de Kiev de recuperar el control de su frontera es inviable para Rusia.