Tras el fracaso de las negociaciones, Rusia ejecutó el lunes su amenaza de cortar el gas a Ucrania, que puede afectar también al suministro de Europa y agravar el conflicto.
Los dirigentes prooccidentales ucranianos tenían la esperanza de encontrar una solución de última hora el domingo por la tarde en Kiev para solucionar el desacuerdo energético que les enfrenta a Moscú, mientras el este del país está sumido en un violento conflicto con los insurgentes prorrusos.
Pero el ultimátum expiró el lunes a las 06H00 GMT y el gigante semipúblico ruso Gazprom anunció que imponía a Ucrania un sistema de prepago para el gas en el que solo suministraría los volúmenes por los que se haya pagado.
“Naftogaz recibe solo los volúmenes por los que paga. No ha pagado nada, así que [no se suministra] nada”, precisó el portavoz de Gazprom, Serguei Kuprianov.
Ucrania confirmó el lunes que Rusia ha reducido “a cero” su suministro de gas, y que sólo transita por su territorio gas destinado a otros países europeos.
“Se nos ha informado de que los suministros de gas a Ucrania han sido reducidos a cero, y solamente hay volúmenes enviados en tránsito a países europeos”, dijo el ministro ucraniano de Energía Yuri Prodan. Ucrania “asegurará el tránsito fiable (de gas) hacia Europa” añadió.
Gazprom también advirtió a Bruselas de que había “posibles perturbaciones” en el suministro a la Unión Europea si Ucrania se apropiaba del gas que transita por su territorio. Alrededor del 15% de gas que se consume en Europa pasa por esta vía.
Por su lado el Comisario europeo de Energía, Guenther Oettinger, advirtió que aunque no habrá problemas de suministro de gas ruso para Europa en las “próximas semanas”, sí “tendremos un problema en caso de invierno riguroso”.
DEMANDAS CRUZADAS
El operador gasístico ruso anunció el lunes que había interpuesto una demanda en el tribunal de arbitraje internacional de Estocolmo para reclamarle a Kiev una deuda de 4.500 millones de dólares.
Se adelantó de esta manera al grupo ucraniano Naftogaz, que también anunció poco después que había demandado ante el mismo tribunal a Gazprom por el pago indebido de 6 mil millones de dólares en 2010 y pidiéndole que estableciera “un precio justo” para futuros suministros de gas ruso.
Kiev rechazó el aumento de precios que le impuso Moscú con la llegada al poder de los dirigentes prooccidentales tras la caída del presidente prorruso Viktor Yanukovich. De los 268 dólares por 1.000 metros cúbicos pasaron a pedirles 485 dólares, un precio sin precedente en Europa. En su “última oferta”, Moscú propuso 385 dólares.
El domingo por la tarde en las negociaciones de última hora, los responsables ucranianos y europeos dijeron que todavía tenían esperanzas de poder evitar esta tercera guerra del gas tras los anteriores conflictos en 2006 y 2009, que afectaron al suministro de la UE.
El jefe de la diplomacia rusa Serguei Lavrov denunció el domingo la “arrogancia” de Kiev que “rechaza un compromiso razonable”, a saber , según él, la intervención de otro Estado para arbitrar en la negociación.
CONFLICTOS EN TODOS LOS FRENTES
Mientras tanto en el este de Ucrania la situación con los separatistas prorrusos no mejora. El presidente prooccidental ucraniano Petro Poroshenko ha prometido una “respuesta adecuada” a los separatistas después de que abatieran un avión del ejército en Lugansk dejando 49 muertos, el ataque con más víctimas desde que Ucrania comenzó en abril una operación militar contra los rebeldes prorrusos en el este.
Poroshenko convocó para el lunes un consejo de seguridad nacional y de defensa en el que “se abordará” la imposición de la ley marcial en el este rebelde, según indicó el lunes el ministro ucraniano de Defensa Mijailo Koval.
Tras las esperanzas que nacieron con los primeros contactos entre el presidente ruso Vladimir Putin y el nuevo jefe de Estado ucraniano, la tensión diplomática entre Kiev y Moscú ha aumentado durante el fin de semana.
El sábado se produjeron manifestaciones delante de la embajada rusa en Kiev contra el derribo del avión militar y el domingo se publicó un vídeo en el que el ministro ucraniano de Exteriores insultaba a Vladimir Putin.