Como una auténtica epidemia fue calificado por los odontólogos el sistemático incremento que en la actualidad evidencian las denominadas “caries de inicio precoz” a nivel mundial, realidad que afecta por igual a la población infantil de los países más desarrollados o que están en vías de serlo, y asunto que fue analizado por investigadores nacionales y extranjeros en simposio internacional organizado por la Facultad de Odontología de la Universidad de Valparaíso (UV).

“Nuevas fronteras de la Odontopediatría: un desafío global”, se llamó el encuentro en el que también la Universidad de Melbourne, Australia, y la Sociedad de Odontopediatría de la Quinta Región. El encuentro convocó a más de 200 profesionales, investigadores, docentes y estudiantes, quienes se dieron cita en Valparaíso.

El origen de las caries en los niños y niñas no es claro, pero estaría dado por diversos cambios sociales, económicos y culturales surgidos en las últimas décadas, los cuales han modificado significativamente los hábitos de alimentación e higiene bucal de los lactantes, a partir de su primer año de vida o luego de que dejan de ser amamantados.

Según antecedentes aportados por la Organización Mundial de la Salud, en algunos países como Arabia Saudita, Camboya y Filipinas la situación es tal, que el 94 por ciento o más de los niños ya presenta problemas en sus dientes antes de los cinco años. En América Latina, en tanto, la cifra se aproxima al 80 por ciento, y es algo más baja en el Norte de Europa.

En Chile, casi el 50 por ciento de los niños presenta caries al cumplir los cuatro años, porcentaje que se eleva a 70 por ciento entre quienes tienen seis años o más.

Según explicó el odontólogo e investigador de la Universidad de Melbourne, Rodrigo Mariño, quien es profesor visitante de la Escuela de Odontología de la UV, la realización del simposio surgió de la necesidad de reexaminar y actualizar los conocimientos que existen de las determinantes biológicas y sociales de este tipo de patología oral, así como también de sus mecanismos de prevención, diagnóstico, tratamiento y estándares de cuidado, entre otros aspectos.

“Lo que más nos preocupa como especialistas es que hoy existe el conocimiento y las herramientas para evitar o revertir esta situación. Sin embargo, a pesar de ello, las caries de inicio precoz no sólo siguen ocurriendo sino que los casos van en aumento”, dijo el profesor Mariño.

Respecto del origen de este fenómeno, el académico e investigador del King’s College de Londres, Raman Bedi, explicó que no hay consenso al respecto, y que los criterios suelen estar asociados a variables como el número de lesiones, cómo afectan a los dientes y la edad en la que aparecen.

“No hay claridad de las causas exactas ni estamos seguros acerca de cuál es la razón epidemiológica de que el problema sea mayor en algunos países. Entonces, este es un mal endémico, que necesita del apoyo de los dentistas, educadores, de las autoridades y los políticos. Todos debemos reconocer lo grave que es esta situación para la sociedad y, por tanto, necesitamos del apoyo de todos para superarla”, sostuvo el especialista británico.

Lo que sí está comprobado es que el consumo de golosinas, cereales y bebidas gaseosas a toda hora, que incluso los propios padres promueven de manera inconsciente entre sus hijos desde temprana edad, sumado a un deficiente y a veces inexistente cepillado, promueve la aparición de caries en la primera infancia.

Las caries como proceso

Para el cirujano dentista y profesor de la cátedra de Odontopediatría de la Facultad de Odontología de la Universidad de Valparaíso, Juan Eduardo Onetto, quien también intervino en el simposio, este fenómeno es aún más complejo y grave de lo que revelan las cifras oficiales.

A su juicio, los análisis y estudios se quedan cortos en su diagnóstico, por cuanto definen la existencia de caries cuando hay cavidades o huecos en los dientes y no a partir de la aparición de una o más lesiones (manchas blancas), que surgen en la etapa previa.

“La caries debe ser entendida como un proceso. Este se inicia cuando dejamos de ser alimentados exclusivamente con leche materna y comenzamos a ingerir con mayor frecuencia que la recomendada, más de cuatro veces al día, papillas y otros líquidos que contienen azúcares. A partir de entonces se comienza a producir un aumento de la acidez, lo que desequilibra la flora o placa bacteriana natural que tenemos en la boca, promoviendo el aumento desmesurado de Streptococcus mutans y Lactobacillus acidophilus, organismos que producen grandes cantidades de ácido, que es el que finalmente causa la desmineralización de nuestros dientes”, explicó el docente de la UV.

De hecho, de acuerdo a sus investigaciones, si se consideraran las lesiones y no sólo las cavidades, se puede afirmar que el 80 por ciento de los niños de nuestro país ya presenta caries antes de los tres años.

Su visión fue compartida por el odontólogo brasileño Fernando Hugo Neves, quien expresó que

los antecedentes epidemiológicos revelan que los niños pertenecientes las familias más pobres o vulnerables son los que se ven más afectados por esta patología oral.

“Los estudios muestran que los hijos de madres con menos de ocho años de escolaridad y en cuyo hogar la renta promedio es igual o inferior a 700 dólares, evidencian mayor número de caries. El entorno familiar es clave, ya que en los ambientes de mayor vulnerabilidad social o donde no existen patrones de alimentación ni hábitos de higiene adecuados, la probabilidad de que los niños desarrollen enfermedades es mucho mayor, incluidas las caries”, argumentó.