Un grupo de unos 100 apoderados, en coordinación con el alcalde de Lota, Patricio Marchant, llegaron hasta el Liceo Carlos Cousiño A-45, con la intención de terminar con la toma que mantenían estudiantes desde hace una semana.

Tras una reunión con la autoridad comunal, los apoderados determinaron concurrir al establecimiento de Lota Alto, para solicitar que los jóvenes depusieran la medida de presión, motivada principalmente por el rechazo al despido de algunos profesores.

La situación escaló en tensión, cuando desde los movilizados acusaron a un funcionario municipal de agredir a uno de los estudiantes, provocando airadas reacciones entre los presentes.