Somos un país sísmico. En el siglo XX tuvimos grandes terremotos en 1906, 1939, 1960 -el más grande desde que hay mediciones-, 1985 y, entrando este siglo, el de 2010.

Aprendimos a dar alerta de maremoto y a evacuar. Algo que otros países hacen en forma automática hace años. Pero no hemos aprendido a reaccionar para enfrentar las horas siguientes a un terremoto. El sismo de 2010 fue catorce veces más intenso que el del martes pasado. ¿Hemos aprendido lo suficiente? ¿Aprobamos o reprobamos el examen?