Michelle Bachelet, encabezó este miércoles el primer consejo de gabinete ministerial de su gobierno, luego de asumir el martes la Presidencia de Chile, en su retorno al poder tras un primer periodo, con la promesa de derrotar a través de profundas reformas al que definió como el único adversario del país: la desigualdad.

La cita se desarrolló por unas dos horas en el Palacio de La Moneda, hasta donde arribaron la totalidad de sus ministros que juraron también ante el Congreso pleno. Los primeros en llegar fueron los titulares de la Segpres, Ximena Rincón, y del Interior, Rodrigo Peñailillo.

El consejo de gabinete, estuvo enfocado en la puesta en marcha de la agenda del gobierno marcada por las promesas de terminar con la desigualdad.

En ese sentido, se evaluó la ejecución de las 50 primeras medidas del programa de Gobierno, que incluyó el denominado “Bono Marzo” y “Bono Invierno” cuyos proyectos de ley fueron enviados al Congreso, tal como lo anunció la propia presidenta Bachelet en las primeras horas de este miércoles.

El vocero de Gobierno, Álvaro Elizalde, subrayó que el tema central del cónclave fue desarrollar cuanto antes el programa prometido.

Además, se analizó el estado de los ministerios que fueron entregados por la administración de Sebastián Piñera. Para esto último, todas las carteras del Ejecutivo deberán realizar una auditoría para contrastar los informes dejados por el anterior Gobierno.

Con un crecimiento promedio de 5,4% en los últimos cuatro años, Chile es uno de los países más ricos y estables de la región. Su ingreso per cápita bordea los 20.000 dólares, pero tiene uno de los mayores índices de desigualdad social de la región.

Bachelet comprometió una reforma de la educación, una tributaria y un cambio a la Constitución que se mantiene como herencia de la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990).

En educación, propuso gratuidad a nivel universitario en seis años y acabar con el lucro en colegios privados que reciben subvención del Estado, donde estudian la mayoría de los escolares chilenos. Para financiar esta promesa, Bachelet planteó una ambiciosa reforma tributaria que busca recaudar 8.200 millones de dólares (3% del PIB)

La líder socialista propuso también una nueva Constitución “nacida en democracia” y que acabe con la impuesta por la dictadura de Pinochet, contenedora según ella de importantes “cerrojos” antidemocráticos.