Sangrientas protestas volvieron a estallar el martes en Kiev, que han dejado al menos siete muertos y unos 150 heridos, tras un mes de relativa calma.
Recordemos que la policía lanzó el martes un asalto contra los manifestantes congregados en la plaza de la Independencia de la capital ucraniana, tras una jornada marcada por choques sangrientos.
Los manifestantes respondieron a la policía lanzando cócteles molotov. Por lo anterior varias tiendas de campaña instaladas en Maidán, la plaza de la Independencia, ocupada desde hace tres meses por los manifestantes, estaban en llamas.
Ante esta situación, las autoridades fijaron un ultimátum para restablecer la calma. Tras su expiración, cerca de las 4 de la tarde, la policía lanzó un asalto con blindados y cañones de agua.
Los principales líderes de la oposición tomaron uno tras otro la palabra ante la multitud reunida en Maidán, centro de las protestas antigubernamentales estos últimos meses.
“No disparen contra los ucranianos”, imploró uno de los oradores, mientras que uno de los líderes de la oposición, el ex campeón de boxeo, Vitali Klitschko, pidió a las mujeres y niños presentes que evacuaran la plaza.
Los choques ocurrieron el día en que el parlamento debía discutir una reforma constitucional a fin de reducir los poderes presidenciales en beneficio del gobierno y el parlamento.
La oposición había prometido una “ofensiva pacífica” para presionar al parlamento, pero la manifestación de 20.000 personas degeneró en los alrededores de la sede parlamentaria.
La policía disparó granadas aturdidoras, gases lacrimógenos y balas de goma contra los manifestantes, en respuesta a cócteles molotov y adoquines.
Entre 200 y 300 manifestantes tomaron brevemente por la mañana el control de la sede del Partido de las Regiones del presidente Yanukovich con bombas molotov y rompiendo las puertas con hachas. Asimismo, manifestantes volvieron a ocupar por la noche la alcaldía de Kiev, que habían evacuado el domingo.
Ante los graves hechos de violencia, Rusia acusó rápidamente a los occidentales de haber fomentado la violencia al “cerrar los ojos ante las acciones agresivas de las fuerzas radicales en Ucrania”.
Por su parte la oposición había anunciado previamente la muerte de tres manifestantes “por bala”. Según el Partido de las Regiones del presidente Viktor Yanukovich, el cuerpo de un empleado fue hallado en la sede del movimiento, tomado por asalto y controlado brevemente por manifestantes.
Asimismo, al menos 150 manifestantes resultaron heridos el martes, 30 de ellos de gravedad. Se registró que a uno de los manifestantes hubo que amputarle la mano y, por otra parte, algunos sufren traumatismos craneales y heridas en brazos y piernas, causadas sobre todo por granadas aturdidoras, afirmó Oleg Moussii, jefe del servicio médico de la oposición.
Desde el otro lado, la Policía informó sobre 47 heridos en sus filas.
Balas de goma y cócteles molotov
Se trata de los primeros enfrentamientos en Kiev desde los que se registraron a fines de enero, que dejaron cuatro muertos, dos alcanzados por balas reales, y más de 500 heridos.
Desde un contexto internacional, Rusia acusó rápidamente a los occidentales de haber fomentado la violencia al “cerrar los ojos ante las acciones agresivas de las fuerzas radicales en Ucrania”.
Por su parte, Washington se declaró “consternado por la violencia” y urgió al presidente Yanukovich” a poner fin a la confrontación” y a reanudar el diálogo con la oposición.
La responsable de la diplomacia de la Unión Europea (UE), Catherine Ashton, también “condenó el uso de la violencia”.
El jefe de la diplomacia francesa Laurent Fabius denunció por su parte el “uso indiscriminado de la fuerza” y llamó “a todas las partes a ejercer la máxima moderación y a retomar inmediatamente el camino del diálogo”.
El ministro alemán de Asuntos Exteriores, Frank-Walter Steinmeier, levantó la amenaza de “sanciones personales” de la Unión Europea contra dirigentes ucranianos.
La protesta en Ucrania, que comenzó en noviembre contra la decisión del gobierno de no firmar el acuerdo con la Unión Europea, se convirtió luego en un rechazo radical del presidente Yanukovich. Por otra parte, la oposición acusa al poder ucraniano de ceder a las presiones de Moscú.
Rusia otorgó en diciembre pasado un crédito a Kiev de 15.000 millones de dólares, de los cuales ya liberó 3.000, y una importante rebaja en el precio del gas.
El lunes Rusia anunció que esta semana iba a girar 2.000 millones de dólares más a Ucrania, que se encuentra al borde del cese de pagos y tiene problemas de liquidez.
Ni la renuncia del gabinete a fines de enero ni las negociaciones posteriores lograron solucionar la crisis, y se prevé que la violencia que resurgió este martes aleja la posibilidad de un acuerdo.