Un tribunal neoyorquino ordenó a los descendientes de un sobreviviente del holocausto restituir a Alemania una reliquia asiria recuperada tras la guerra y que fue entregada por un soldado ruso.
Según los administradores de la herencia de Riven Flamenbaum, el exprisionero de Auschwitz obtuvo la pequeña tableta de oro asiria de apenas cinco centímetros de largo y 3.000 años de antigüedad al intercambiar cigarrillos con un soldado ruso, al final de la guerra.
Pero el juzgado de apelaciones de Nueva York rechazó el argumento de “botín de guerra” y ordenó que la reliquia sea entregada al museo de Medio Oriente de Berlín.
“No queremos adoptar una doctrina que basaría la propiedad en el saqueo de objetos culturales durante la guerra por parte de la fuerza militar conquistadora”, escribió el juzgado en su veredicto.
“La noción ‘botín de guerra’ esgrimida por los herederos -que querría que el gobierno ruso, al invadir Alemania, ganara el derecho de revindicar la propiedad de los bienes del museo a título de botín de guerra que luego fue transferido a los herederos- es rechazada”, prosigue el dictamen.
La antigüedad, que se remonta al reino del soberano Tukulti-Ninurta I, fue descubierta poco antes de la Primera Guerra Mundial por un equipo de arqueólogos alemanes en Irak. Enviada al museo berlinés en 1926, la tableta fue almacenada durante la Segunda Guerra Mundial pero desapareció durante el conflicto.
Fue redescubierta en 2003, tras el fallecimiento de Riven Flamenbaum en Estados Unidos.
Un conflicto familiar en torno al valor del objeto atrajo la atención del museo de Berlín, que solicitó su restitución.