El Congreso de Estados Unidos elevó el miércoles el límite de la deuda del país hasta el 7 de febrero, luego que las dos cámaras adoptaron un texto que aleja momentáneamente el riesgo de un default y permite la reapertura del gobierno.

La propuesta, definida mediante un acuerdo bipartidario de último minuto, ya fue enviada a la Casa Blanca para su promulgación por el presidente Barak Obama.

La Cámara de Representantes aprobó por 285 votos a 144 el texto aprobado poco antes por el Senado (81 a 18), y de esa forma el Congreso alejó la economía estadounidense del borde del abismo en que se encontraba por la posibilidad de un default potencialmente catastrófico.

A pesar de un acuerdo negociado casi sin interrupciones durante más de una semana, casi dos tercios de los Representantes del Partido Republicano votaron en contra, dejando en evidencia la profunda división reinante en el principal partido opositor.

El voto favorable en las dos cámaras del Congreso se definió a pocas horas de la fecha fatídica fijada por el Departamento del Tesoro para elevar el límite del endeudamiento del país.

Así, el acuerdo pone punto final a un histórico forcejeo entre Demócratas y Republicanos, que dejó la economía estadounidense al borde del default y puso en vilo a los mercados financieros en todo el mundo.

Este acuerdo eleva el límite de la deuda estadounidense hasta el 7 de febrero y también permite la reapertura del Estado federal, parcialmente paralizado desde el 1 de octubre, hasta el 15 de enero.

Asimismo, prevé la convocatoria de una comisión para negociar un presupuesto para el año fiscal 2014.

Poco después de la votación en la Cámara baja, la Casa Blanca ordenó a todos los empleados federales a que regresen el jueves a sus puestos de trabajo, luego de la votación en el Congreso.

“Ahora que la ley fue aprobada por el Senado y la Cámara de Representantes, el presidente planea promulgarla esta noche y los empleados deberían regresar al trabajo en la mañana”, dijo la directora de planeamiento y presupuesto, Sylvia Mathews Burwell.

Desde el 1 de octubre, 900.000 funcionarios públicos están de licencia sin goce de sueldo a causa del cierre del gobierno federal, debido a que el Congreso no había logrado votar una ley de presupuesto 2014 antes del 1 de octubre, cuando comienza el nuevo año fiscal.

En algunos organismos, como la Agencia de Protección Ambiental (EPA), el 95% del personal estaba en desempleo técnico.

La directora del FMI, Christine Lagarde, saludó el acuerdo, al que describió como “importante y necesario”.

“Mirando hacia adelante, será esencial para reducir la incertidumbre en torno a la política fiscal aumentando el límite de endeudamiento de una forma más duradera”, dijo.

“También alentamos a Estados Unidos a aprobar un presupuesto para 2014″ con la aplicación de medidas “que no dañen la recuperación” y “adoptar un plan fiscal equilibrado y exhaustivo a mediano plazo”, señaló.

Recuperar la confianza

En una breve declaración, Obama dijo que la clase política tiene por delante el desafío de “recuperar” la confianza de los estadounidenses, y afirmó que es necesario cesar de gobernar “de crisis en crisis”.

Obama indicó que estaba listo a continuar trabajando tanto con las bancadas del oficialista Partido Demócrata como del opositor Partido Republicano, pero alertó que “en necesario cesar de gobernar de crisis en crisis”.

“Bloquear el acuerdo bipartito obtenido hoy por los miembros del Senado no es nuestra estrategia”, había dicho el presidente de la Cámara de Representantes, John Boehner, modificando la estrategia exhibida hasta el momento.

No obstante, Boehner prometió seguir combatiendo “la catástrofe que representa la ley de reforma de la salud”, promulgada por Obama en 2010 y refrendada por la Suprema Corte.

Los fondos para financiar esa reforma están en el centro de un debate político que llevó a Estados Unidos al borde del default.

El Tea Party, sector ultraconservador de gran influencia en el Partido Republicano, ejerció la más férrea oposición a las iniciativas de presupuesto de la Casa Blanca.

El Tesoro señaló al 17 de octubre como fecha límite para la aplicación de las “medidas extraordinarias” que permitieron al país funcionar tras superar su techo de endeudamiento en mayo.

Hasta el momento, todos los medios de prensa establecían como fecha límite para aprobar el incremento del límite de endeudamiento la medianoche del miércoles, pero la Casa Blanca explicó que ese plazo es en realidad la noche del jueves.

Estados Unidos nunca entró en default en su historia. Una pérdida de confianza en la capacidad del país para honrar sus deudas podría poner en juego la suerte del dólar, moneda de reserva mundial, y la de los bonos del Tesoro, colocaciones consideradas como las más seguras del planeta.

Impacto en la economía

La Reserva Federal señaló este miércoles en su informe de coyuntura, conocido como Libro Beige, que existe una “creciente incertidumbre” en empresas y medios de negocios por la falta de acuerdo en el Congreso.

El cierre parcial del gobierno quitó 24.000 millones de dólares a la economía estadounidense y repercutirá en el PIB en el cuarto trimestre, con un impacto de 0,6 punto porcentual, con un crecimiento de 2% para el período octubre-diciembre, dijo la calificadora Standard & Poor’s.

S&P advirtió de la posibilidad de más daños si la batalla política en torno al presupuesto y el techo de la deuda se reanuda en enero.

El martes la agencia Fitch anunció que consideraba bajar la nota de la deuda soberana de Estados Unidos, actualmente la mejor posible (AAA).

Fitch subrayó que “las autoridades estadounidenses no elevaron el techo de la deuda en tiempo debido”. Ya en 2011, un precedente enfrentamiento entre la Casa Blanca y Boehner había provocado a Estados Unidos la pérdida de su nota “AAA” por parte de la agencia Standard and Poor’s.