Dos millones de personas se unieron al papa Francisco en la noche del sábado en la emblemática playa de Copacabana, para una oración en la cual el pontífice apoyó a jóvenes manifestantes en busca de cambios.
“Los jóvenes en las calles quieren ser protagonistas del cambio. Por favor no dejen que otros sean protagonistas del cambio”, pidió el papa argentino ante los fieles, en una oración que dio inicio a la vigilia de la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ).
El papa pidió a los jóvenes que se involucren en temas sociales y políticos, tras recientes protestas callejeras que sacudieron Brasil.
“Sigan superando la apatía y ofreciendo una respuesta cristiana a las inquietudes sociales y políticas que se van planteando en diferentes partes del mundo. Les pido que sean constructores del futuro”, añadió.
“¡No balconeen la vida, Jesús no se quedó en el balcón, se metió! ¡Métanse en ella como hizo Jesús!”, afirmó el papa ante cientos de miles de jóvenes peregrinos de 170 países.
A reconquistar fieles
Más temprano, el primer papa latinoamericano llamó a la Iglesia brasileña a reconquistar a los fieles que se tornaron evangélicos o viven sin Dios.
Hay que recuperar a quienes “buscan respuestas en los nuevos y difusos grupos religiosos” y a “aquellos que parecen vivir ya sin Dios”, dijo a cardenales y obispos, y los llamó a buscar la sencillez en actos y palabras para frenar la sangría de fieles.
La Iglesia católica pierde terreno en Brasil desde hace más de tres décadas, frente a un crecimiento de las iglesias neopentecostales y las personas sin religión.
Francisco hizo énfasis en que hay que buscar a Dios “en las favelas, cantegriles, villas miseria” pero desestimó asimismo a la Teología de la Liberación (TL), que nació en la región hace más de cuatro décadas, a la cual se refirió -sin mencionarla directamente- como una de las “enfermedades infantiles” del Concilio Vaticano II que ha superado Brasil.
Se esperaba que en este viaje, su primero a América Latina como pontífice, Francisco hiciera algún gesto de reconciliación hacia esta corriente, y que por resaltar la opción preferencial de Dios por los pobres fue acusada de marxista por Juan Pablo II en plena Guerra Fría.
Atletas de Cristo
Al llegar a la vigilia de los jóvenes, que dormirán esta noche en la playa, arrullados por las olas hasta la misa de clausura del papa el domingo, Francisco recorrió en papamóvil descubierto por tercer día consecutivo la avenida de 4 km que bordea el mar en Copacabana.
En la playa, llena a rebosar, los sacerdotes en sotana se mezclaban con peregrinos en biquini y short de baño, que se bañaban entrada la noche tras haber llegado a destino luego de una peregrinación de 9,5 km desde el centro de Rio.
“¡Jesús nos ofrece algo más grande que la Copa del Mundo!”, aseguró asimismo el papa a los jóvenes.
“¡Sean auténticos atletas de Cristo!”, les pidió, y les instó a que se entrenen mucho “para estar en forma, para afrontar sin miedo todas las situaciones de la vida” en su primer viaje a Brasil, que acoge el año próximo el Mundial de fútbol.
Entre los peregrinos se mezclaron esta noche unas 100 personas que manifestaban a favor del aborto, y a la que se sumaron otros manifestantes contra la corrupción y contra el gobernador de Rio, Sergio Cabral.
“¡Esta es la juventud del papa!”, gritaban los jóvenes católicos. “¡Esta es la juventud libre!”, respondían los manifestantes.
Francisco también ha pedido a los jóvenes conservar la fe en la Iglesia pese a los malos sacerdotes.
El papa, de 76 años, entronizado en marzo en reemplazo del renunciante Benedicto XVI, enfrenta el desafío de renovar una Iglesia en crisis tras escándalos de corrupción y pedofilia.
También debe seguir conquistando fieles pese a que la Iglesia mantiene dogmas, desafiados a veces por jóvenes, como la oposición al uso del preservativo, al divorcio, a la homosexualidad, al aborto hasta en casos de violación y sigue exigiendo la virginidad hasta el matrimonio.
A raíz de las lluvias torrenciales que inundaron el “campus fidei” de Guaratiba, a 60 km del centro de Rio -adonde debía llegar la peregrinación y celebrarse la vigilia y la misa final de la JMJ- los tres eventos fueron trasladados a la playa de Copacabana.