Hace nueve meses que diez detectives de la Bicrim de Pudahuel están presos. Se les investiga por asociación ilícita, allanamientos ilegales, amenazas, torturas, robo de dinero, entre otros delitos. Se les acusa de cometer más de cien delitos.

En este caso ha pasado de todo. El OS-9 de Carabineros hizo más de 4.000 grabaciones a los detectives. Se perdieron todas. Algunos dicen que sin las grabaciones no hay casos.

Antes de ser detenidos, los detectives sostuvieron una conversación con el fiscal Emiliano Arias. Uno de ellos la grabó en forma subrepticia. Se habló de uno de los engaños que se hacen a los jueces de garantía para que autoricen allanamientos a inmuebles: falsas llamadas anónimas al número 134 de la PDI. Lo grave: No sólo los detectives dicen cometer el delito sino también el fiscal Arias.

Hasta ahora nada se sabe de la investigación sobre esta grabación ilegal. Tampoco de la confesión del fiscal.

Una vez más hay que preguntarse: ¿Quién investiga a los fiscales? ¿Quién acusa a los fiscales? Mejor dicho, ¿Quién controla a Sabas Chahuán y su gente?