Mohamed Mursi fue separado de su equipo con el que se encontraba detenido en un edificio militar y trasladado solo al ministerio de Defensa este jueves al amanecer, tras haber sido derrocado el miércoles por el ejército, abriendo una etapa de transición en un clima de graves tensiones.

El ejército egipcio confirmó este jueves a primera hora de la mañana que tiene retenido “preventivamente” a Mohamed Mursi, según explicó a la AFP un alto responsable militar, dando a entender que el exjefe de Estado podría enfrentarse a varios cargos por las acusaciones realizadas por sus opositores.

La detención del primer presidente elegido democráticamente en Egipto y de su equipo y su posterior traslado en solitario al ministerio de Defensa, es la última de las medidas que tomaron las fuerzas de seguridad que estrecharon el cerco en torno a los Hermanos Musulmanes, cofradía de la que procede Mursi.

El anuncio del ejército, que suspendió la Constitución y nombró presidente interino al jefe del Tribunal Supremo Constitucional, Adly Mansur, generó preocupación en el extranjero.

El presidente estadounidense, Barack Obama, anunció que revisará la ayuda militar a Egipto y la Unión Europea (UE) reclamó la celebración de elecciones presidenciales rápidamente.

Tras el anuncio realizado por el jefe del ejército, el general Abdel Fatah al Sisi, la plaza Tahrir de El Cairo, donde se congregaba una ingente masa de opositores, estalló de alegría.

Este abrupto desenlace recuerda la caída del régimen de Hosni Mubarak, que fue derrocado en febrero de 2011 tras 18 días de masivas manifestaciones.

“Es un nuevo instante histórico. Nos hemos desecho de Mursi y de los Hermanos Musulmanes”, decía un manifestante en medio de una fila de automovilistas que tocaban las bocinas de los vehículos y enarbolaban banderas egipcias.

El presidente depuesto, enfrentado durante su presidencia a las protestas populares que alcanzaron el culmen en los últimos días, había afirmado en un vídeo que sigue siendo el “presidente electo de Egipto” y pidió a sus partidarios que “defiendan” su legitimidad.

El ministerio del Interior, temiendo un recrudecimiento de la violencia y que aumentara el balance de 50 muertos registrados en los últimos días, advirtió que respondería con “firmeza” a los desmanes y desplegó blindados en El Cairo, bloqueando las vías que llevan a las manifestaciones de los partidarios de Mursi.

En el norte del país, los partidarios de Mursi atacaron edificios de la seguridad. Siete de ellos murieron en enfrentamientos contras las fuerzas de seguridad en Marsa Matruh y en Alejandría, en la costa mediterránea.

Tres opositores al presidente depuesto fallecieron durante enfrentamientos contra partidarios de Mursi en al Minya.

Mursi, detenido por los militares

Tras ser derrocado, “Mursi y todo el equipo presidencial” se encontraban “en residencia vigilada en el club de la Guardia Republicana de la presidencia”, declaró Gehad al Hadad, responsable en el seno de la cofradía.

“Está retenido preventivamente”, confirmó un responsable que pidió el anonimato.

Posteriormente, al Hadad informó de que Mursi “fue separado de su equipo y conducido al ministerio de Defensa”.

Por otro lado, fuentes de seguridad informaron de que Saad al-Katatni, líder del Partido de la Justicia y de la Libertad, el brazo político de los Hermanos Musulmanes, y Rashad Bayumi, adjunto del Guía Supremo, fueron detenidos.

Según la prensa, las fuerzas de seguridad ordenaron la detención de 300 miembros de los Hermanos Musulmanes.

Previamente, a Mursi y a varios dirigentes del movimiento se les había prohibido abandonar Egipto, entre ellos al guía supremo Mohamed Badie y su “número 2″ Jairat al Shater.

Asimismo, la seguridad interrumpió la difusión de la cadena de televisión de los Hermanos Musulmanes.

Los militares, que asumieron las riendas del ejecutivo durante 16 meses entre la caída de Hosni Mubarak y la elección de Mursi, no precisaron la duración del periodo de transición antes de que se celebren elecciones generales.

El ejército anunció el establecimiento de un comité que se encargará de examinar las propuestas de enmienda constitucional, así como un gobierno con “todas las fuerzas nacionales” dotado “de plenos poderes”.

Las consultas para la formación del próximo gobierno, que, según el ejército, agrupará a “todas las fuerzas nacionales” y estará dotado de “plenos poderes”, comenzaron, informó uno de los máximos exponentes de la oposición a Mursi, el exjefe de la Liga Árabe, Amr Musa.

El Consejo Constitucional anunció su jefe prestaría juramento este jueves por la mañana.

El ejército prometió que “permanecería alejado de la política” a través de su jefe, el ministro de Defensa y nuevo hombre fuerte del país, el general Abdel Fatah al Sisi, flanqueado por los principales religiosos del país y el jefe de la oposición Mohamed ElBaradei.

El grupo realizó a lo largo de la jornada negociaciones para lograr una “hoja de ruta”, que según ElBaradei, “responde a las reivindicaciones del pueblo”.

Inquietud en el extranjero

En El Cairo, miles de personas expresaban su alegría al grito de “¡Egipto!, ¡Egipto!”

Por su parte, miles de partidarios de Mursi seguían concentrados en la plaza Rabaa al Adauiya, en Nasr City.

En el extranjero, Obama se mostró “profundamente preocupado” por la destitución del presidente Mohamed Mursi en Egipto y urgió a un rápido retorno de un gobierno civil electo en ese país.

El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, también consideró “preocupante” la intervención del ejército.

La jefa de la diplomacia de la Unión Europea (UE), Catherine Ashton, condenó el derramamiento de sangre y pidió que se vuelva “rápidamente al proceso democrático”.

El rey Abdalá de Arabia Saudí fue el primer dirigente extranjero en felicitar a Mansur, “el presidente de la República árabe de Egipto hermana”.