La presidencia egipcia rechazó implícitamente la noche del lunes al martes el ultimátum del ejército al presidente islamista Mohamed Mursi, dándole 48 horas para satisfacer las “demandas del pueblo”, ya que de lo contrario impondrá una hoja de ruta, luego de las masivas manifestaciones de los últimos días.

En un comunicado, la presidencia afirma que “la declaración de las fuerzas armadas no ha sido sometida al presidente” antes de su difusión y contiene “señales que pueden causar confusión”, al tiempo que se dice determinada “a continuar en el camino que ha elegido para llevar a cabo una reconciliación nacional integral “.

Denunciando “toda declaración que profundice la división” en un país ya profundamente dividido y que “podría amenazar la paz social”, el texto dice que Mursi “continúa consultando con todas las fuerzas nacionales para asegurar el camino del cambio democrático y la protección de la voluntad popular”.

“El Estado democrático civil egipcio es uno de los más importantes logros de la revolución del 25 de enero” de 2011, que derrocó al ex presidente Hosni Mubarak, subraya el texto, que afirma que “Egipto no permitirá ninguna vuelta atrás sean cuales sean las circunstancias”.

Los partidarios del presidente Mursi dicen defender la “legitimidad” del primer presidente civil en Egipto, quien llegó al poder en junio de 2012, con las primeras elecciones democráticas del país.

La noche del lunes, el comando militar afirmó en un mensaje leído en la televisión que “si las reivindicaciones del pueblo no son satisfechas (en 48 horas), (las fuerzas armadas) anunciarán una hoja de ruta y las medidas para supervisar su aplicación”.

La alegría de los opositores de Mursi, movilizados en masa desde el domingo en todo el país, y en particular en la emblemática plaza Tahrir, en El Cairo, estalló tras la declaración castrense, que empuja, en su opinión, al presidente islamista a la dimisión, como reclaman.