Cuatro detenidos en la cárcel de Guantánamo, donde una huelga de hambre inicia su sexto mes, pidieron al tribunal federal de Washington el cese de la alimentación forzada para los huelguistas, anunciaron el lunes sus defensores.

La moción en la cual los detenidos Ahmed Belbacha, Shaker Aamer, Abu Wa’el Dhiab y Nabil Hadjarab piden el cese de esta práctica que asemejan a la “tortura” fue presentada el domingo por la organización Reprieve que los representa ante la justicia y por su defensor Jon Eisenberg.

En declaraciones transcritas por el abogado Cori Crider, Ahmed Belbacha afirma que participa “por voluntad propia de esta huelga de hambre siendo plenamente consciente de las consecuencias negativas” tanto de la huelga de hambre como de la decisión de no seguir siendo alimentado a la fuerza.

Nabil Hadjarab, cuya familia vive en Francia y donde pide regresar, afirma que la silla en la que los detenidos deben sentarse para ser alimentados a través de sondas dos veces al día “se parece a una silla de condenado”, en la que piernas, brazos y hombros están atados con cinturones.

Por su parte, Shaker Aamer volvió a ingerir alimentos para no ser forzado a ello y se declaró dispuesto a reanudar la huelga de hambre si no lo volvían a alimentar contra su voluntad.

“Nos torturan todos los días, con el pretexto de que quieren preservar nuestra salud”, afirma Abu Wa’el Dhiab.

La moción también exige poner fin a la medicación forzada, mezclada con la comida, sobre todo la administración de Reglan, un medicamento que impide vomitar.

“Este medicamento utilizado durante el proceso de alimentación forzada puede, a largo plazo, generar graves daños neurológicos”, afirma Reprieve en un comunicado.

Según la asociación, entre los 166 hombres todavía detenidos en la cárcel estadounidense, de los cuales 86 fueron declarados excarcelables, se estima que hay 120 huelguistas de hambre en protesta contra su condición indefinida. Las autoridades estadounidenses afirman que actualmente alimentan a 44 detenidos a la fuerza.