Los reos de una cárcel boliviana donde fue violada una niña, declararon emergencia por supuesta difamación de las autoridades y protestaron en un patio de la penitenciaría en La Paz, informó este martes a periodistas un delegado no identificado de los internos.

Los reos demandan la renuncia del director de Régimen Penitenciario, Ramiro Llanos, que el fin de semana denunció que una niña de 12 años había sido violada desde los 8 años por su padre, tío y padrino, condenados todos por asesinato.

Un informe médico de la estatal Defensoría de la Niñez y Adolescencia, entregado este martes, estableció que la menor no está embarazada, como aseguró Llanos, pero que presenta “desgarro de himen de data antigua, producto de una penetración”.

Llanos denunció además que en la cárcel de San Pedro hay consumo de alcohol y droga, trasiego que se hace posible en algunos casos con la complicidad de “malos policías”.

La emergencia “se debe a las difamaciones que ha hecho el señor Llanos. Quisiéramos que demuestre, pero con pruebas, que hay alcohol y drogas, si hay, nos vamos a someter a un castigo”, declaró a la red de televisión Unitel un reo no identificado, con el rostro cubierto con un barbijo médico.

Llanos anunció también días atrás que esa penitenciaría, una de las más hacinadas del país, será cerrada a nuevos reclusos a partir del 18 de julio.

Junto con los reos en las cárceles bolivianas 2.104 niños y adolescentes conviven con sus padres mientras éstos purgan condenas, según un informe actualizado de la Dirección de Régimen Penitenciario.

Los menores suelen quedarse en los penales porque no tienen otros familiares o porque ambos padres están detenidos.

La ley de penitenciarías autoriza que niños de hasta 6 años permanezcan con sus padres en las cárceles, pero casi la mitad de los menores excede ese límite de edad.

Esa práctica fue observada por el alto comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Denis Racicot.

“Es un hecho único en el mundo la presencia de niños en las cárceles de Bolivia”, señaló Racicot a medios de la ciudad de Sucre (sudeste), en medio de un creciente debate sobre el tema.

Las cárceles de Bolivia, las segundas más hacinadas del continente después de El Salvador, tienen una capacidad para albergar a un máximo de 3.738 presos, pero congregan a 13.840, según un informe de Seguridad Ciudadana de la OEA.