El Fondo Monetario Internacional (FMI) bajó el viernes de 3% a 2,7% su previsión de crecimiento para Estados Unidos para 2014, y de 2,2% a 1,9% para este año, al estimar que los recortes presupuestarios automáticos que entraron en vigor en marzo pesarán en el consumo en los “próximos trimestres”.

“Aunque el consumo privado resistió bien hasta ahora a las alzas de los impuestos y a los recortes automáticos del gasto, estas dos medidas deberían suponer un obstáculo más marcado para el consumo en los próximos trimestres”, estimó el FMI su informe anual de evaluación del desempeño del país.

“A la economía estadounidense todavía le queda mucho por hacer para llegar a su plena capacidad”, dijo la directora gerente del FMI, Christine Lagarde, en una conferencia de prensa.

La entidad internacional advirtió sobre el impacto que podría tener un nuevo empuje de tensiones financieras en la zona euro, pero dijo que sobre todo le preocupa la cura de austeridad a la que está sometida Estados Unidos a falta de un acuerdo político en el Congreso entre demócratas y republicanos.

El estancamiento de las negociaciones generó un alza de los impuestos a partir de enero y fuertes recortes del gasto público a partir de marzo, con recortes por un total de 85.000 millones de dólares hasta septiembre.

“El recorte del déficit en 2013 ha sido muy brusco y mal diseñado”, destaca el informe, que agrega que una reducción más lenta “ayudaría a la recuperación en un momento en el cual la política monetaria tiene poco margen”, cuando las tasas están ya en mínimos históricos desde hace años.

El FMI estimó que la trayectoria de las finanzas públicas es “insostenible”, que se necesita la instauración de un IVA y un impuesto a las emisiones de carbono para impulsar los ingresos fiscales.

Lagarde dijo que el programa de compras de bonos debería mantenerse todo este año, destacando que la Reserva Federal (banco central) todavía no ha visto cumplidos sus objetivos de empleo ni ha alcanzado el nivel máximo de inflación que se fijó.

Además Lagarde pidió a la Fed que prepare cuidadosamente el final de su programa de estímulo cuantitativo, que representa 85.000 millones de dólares mensuales de compras de bonos del Tesoro.

En este sentido el FMI advirtió que “un periodo prolongado de tasas de interés bajas puede tener consecuencias inesperadas para la estabilidad financiera interna y complica el entorno macroeconómico en algunos mercados emergentes”.

“Aunque los beneficios a nivel macro de la compra de bonos siguen superando sus costes, la Fed debería seguir trabajando” para lograr una salida suave, dijo el FMI.

El FMI hizo especial hincapié en que la Fed ponga en marcha un mecanismo de comunicación que sea efectivo, al finalizar la política de estímulo y que calcule cuál es el mejor momento para disminuir su programa de compra de bonos de 85.000 millones de dólares mensuales, destinado a mantener las tasas a largo plazo en un mínimo.

Esto será muy importante “para reducir los riesgos de cambios abruptos y significativos en las tasas de interés a largo plazo y de una excesiva volatilidad de las tasas de interés” a medida que se acerque el final del programa, señaló el organismo.