Un atentado con un coche bomba dejó este domingo un saldo de por lo menos nueve policías muertos en la capital de Siria, Damasco, en momentos en que se multiplican los llamados internacionales para evacuar a los civiles y heridos de la ciudad de Quseir, donde se traban violentos combates desde hace dos semanas.

Mientras la guerra continúa sin treguas, la comisión de investigación formada por la ONU deberá presentar el martes un informe que ya se anuncia como “aterrador”, antes de una reunión en Ginebra entre la ONU, Rusia y Estados Unidos para preparar una conferencia de paz.

El gobierno sirio ya dio su acuerdo de principio para participar en la conferencia, pero la oposición exige, para estar presente en la reunión de paz, la salida del presidente Bashar al Asad, el fin inmediato de los combates y en especial la salida de las tropas del grupo libanés Hezbolá.

El domingo en la mañana, la explosión de un coche cargado con bombas sacudió el barrio de Jobar, al este de la capital siria, de acuerdo con el Observatorio Sirio de los Derechos Humanos (OSDH, una entidad opositora con sede en Londres).

“Por lo menos nueve miembros de las fuerzas del régimen resultaron muertos después de una fuerte explosión provocada por un coche bomba cerca de una comisaría policial”, dijo a la AFP el director del OSDH, Rami Abdel Rahman.

El atentado, que no ha sido reivindicado, recuerda ataques similares realizados por yihadistas del Frente Al Nusra, grupo de los rebeldes que se declara leal a la red Al Qaida.

La agencia oficial siria Sana confirmó la explosión de un coche bomba, pero sin ofrecer precisiones.

Intensos combates se realizaban entre el ejército regular y los rebeldes en la zona, de acuerdo con el OSDH.

En Quseir, después de haber recibido refuerzos, las tropas regulares apoyadas por combatientes del Hezbolá ampliaban el cerco alrededor de los rebeldes, que ahora están limitados al norte de esta ciudad próxima de la frontera con el Líbano.

El ejército lanzó el 19 de mayo un fuerte asalto a la ciudad, que era considerado un bastión rebelde, para retomar el control de la región y abrir un corredor seguro entre Damasco y el litoral sirio.

En tanto, en Homs, por lo menos 28 rebeldes murieron en combates con las fuerzas regulares.

“Unos 28 rebeldes murieron en una emboscada y en combates con las fuerzas gubernamentales en las proximidades de la aldea de Kafarnane, donde residente una mayoría alauita”, dijo Rahman a la AFP.

Informe “aterrador”

En Ginebra, el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) igualmente expresó su “alarma”. “Los civiles y los heridos corren riesgos aún mayores ya que los combates continúan”, dijo Robert Mardini, director de las operaciones para el Medio Oriente. Mardini pidió “contención” a todas las partes.

Ante la lluvia de fuego sobre Quseir, la ONU expresó su inquietud con la suerte de los civiles en la ciudad, además de los testimonios sobre alrededor de un millar de heridos.

El secretario general de la ONU, Ban Ki Moon, llamó a las partes en conflicto a que permitan que los civiles abandonen la ciudad y recordó la responsabilidad del gobierno de proteger a esas personas “inclusive de las amenazas de las milicias”.

En un comunicado conjunto, la responsable de la ONU para asuntos humanitarios, Valerie Amos, y la comisionada de los Derechos Humanos, Navi Pillay, alertaron que habría “hasta 1.500 heridos que requieren una evacuación inmediata”, y clasificaron la situación general en Quseir como “desesperada”.

El brasileño Paulo Pinheiro, presidente de la comisión independiente de investigación apoyada por la ONU, previno que el informe que presentará el martes es “aterrador”.

La magistrada suiza Carla del Ponte, miembro de esa comisión creada en 2011, mencionó crímenes “de una crueldad increíble”.

“Yo jamás he visto algo como eso, siquiera en Bosnia”, dijo Del Ponte, quien adelantó que el informe denunciará los crímenes “cometidos por los dos lados”.

Pinheiro denunció “una combinación de sectarismo, radicalización y escala de violaciones de los derechos humanos”, y estimó que Siria se encontra ya sumergida en un “conflicto regionalizado y hasta internacionalizado”.

Para Pinheiro, los rebeldes que creen en la democracia y son partidarios de un Estado laico son ahora “minoritarios”.