Con el montaje de “El Aniversario” y “Pedido de Mano” de Antón Chéjov, la Agrupación Teatral Valparaíso, ATEVA, celebra 60 años haciendo lo que más les apasiona.

Se trata de dos obras cortas en las que autor ruso hace, en tono humorístico y juguetón una crítica a las costumbres de su época, tanto en el plano de campesinos pudientes (Pedido de mano) como en el citadino (El Aniversario).

En la primera obra participan jóvenes actores egresados de la carrera de Teatro de la Universidad de Playa Ancha. En la segunda, en cambio, actores legendarios de ATEVA que han permanecido de forma continua en la actividad teatral dan forma al montaje. De esta manera, ATEVA quiere aportar al desarrollo y renovación del teatro en Valparaíso.

La cita imperdible es para este sábado 1° y domingo 2 de junio a las 20 horas en el teatro del Parque Cultural de Valparaíso.

ATEVA estrenó originalmente estas piezas cortas de Chéjov en el año 1953 en el Teatro del Sindicato de Trabajadores de la Compañía Chilena de Tabacos en Valparaíso, que se ubicaba en aquel entonces en la calle Morris con Colón, donde hoy se construye un edificio.

Bajo la Dirección del abogado Marcos Portnoy, los elencos estaban compuesto por: Carlos Fernández, Graciela Kischinevzki, Nelson Salinas, Elena Prieto y Luis Melo.

“El Aceite” de Eugenio O´Neill fue otra de la primeras piezas estrenada por la Agrupación en su primer año de vida, en la imagen adjunta se puede apreciar la relevancia de la compañía que, desde sus inicios, fue considerada como Filial del Teatro Experimental con sede en Santiago.

Un poco de historia

Hacia fines de la década del 30 el teatro chileno atravesaba una difícil situación, motivada por el desarrollo de la Segunda Guerra Mundial, sus repercusiones económicas, la inexistencia de una crítica especializada y rigurosa; pero por sobre todo debido a la aparición del cine sonoro, factores que incidieron en la exigua cartelera teatral de esos años.

En este contexto, en 1941 se funda el Teatro Experimental de la Universidad de Chile, con Pedro de la Barra, Agustín Siré y Pedro Orthous a la cabeza. Este es un hito trascendental, ya que sobre los hombros de estos tres hombres se cimentaba el nuevo teatro chileno, abierto absolutamente a tendencias incipientes.

La universidad, como una manera de complementar el proyecto, decide crear el Instituto de Teatro, organismo que formó varias generaciones de actores. Dos años le tomaría a la Universidad Católica crear su Teatro de Ensayo (a cargo de Pedro Mortheiru), otra iniciativa señera en las tablas nacionales. Así, el movimiento comenzaba a perfilarse dotado de un mayor peso académico.

Emprendimientos como estos serían la base para la propagación de las escuelas de Antofagasta, Concepción y Valparaíso, ciudad en donde también había gente que quería desarrollar sus propuestas, las que no tardarían en concretarse.

Una organización que se hacía llamar Movimiento Artístico Independiente MOAI, cuyos responsables eran Luis Melo, Carlos Fernández y Marcos Portnoy, reunió a otras compañías, entre ellas a la de Elsa Croxatto , Margarita Fleming y un grupo de gente de Literatura que estudiaba en el Pedagógico de Valparaíso. Entre ellos decidieron aunar esfuerzos y asumir de manera seria las nuevas tendencias que se estaban produciendo en el teatro contemporáneo.

Como recuerda Arnaldo Berríos, “lo que se hacía hasta ese momento estaba quedando obsoleto, el teatro de la concha acústica, de un consueta o apuntador, eso no, había que aventurarse en la muestra de una nueva dramaturgia que llegaba con mucha fuerza desde Inglaterra, Francia y Estados Unidos”.

Fruto de esas inquietudes nace la Agrupación Teatral Valparaíso, ATEVA, cuya dirección se confió a las manos de un joven abogado llamado Marcos Portnoy quien era dramaturgo y director. Una de sus principales tareas fue la Escuela Teatral Vespertina, que sirvió de cantera a los nuevos actores, los que fueron instruidos en actuación, producción de la voz, vestuario, escenografía, expresión corporal, esgrima e historia del teatro.

Entre sus profesores se encontraban Oscar Stuardo, Juan Barattini, Luis Melo, Ruth González, Francisco Barrera, además de académicos invitados como Vittorio de Girólamo y el maestro Pedro de la Barra, forjador y eje central del teatro chileno, quien además coordinó el padrinazgo que ejerció el Teatro Experimental de la Universidad de Chile con la agrupación porteña.

A fines de los 50 se sucederían dos grandes hitos que le darían a esta agrupación renombre a nivel nacional. Con el montaje de “Réquiem para un girasol” de Jorge Díaz recibieron el Premio Festival de Teatro Independiente (1957), organizado por el Teatro Experimental de la Universidad de Chile, Portnoy mejor dirección y Silvio Viancos mejor actor. Otro hecho trascendente fue el estreno en Chile de “Esperando a Godot” 1960, (a siete años de su estreno oficial el 5 de enero de 1953 en el Teatro Babilone de París).

Esta compleja pieza del teatro del absurdo es obra del irlandés dramaturgo Samuel Beckett ,quien junto a Eugene Ionesco y Harold Pinter era parte de una naciente vanguardia teatral post guerra, inserta en una crisis que intentaba reflejar las vivencias de personajes que padecían el dolor, el sinsentido y la soledad. Berríos reconoce que por la complejidad y duración de la obra (3 horas en la versión de ATEVA) existía un “temor de que la gente no la entendiera, sin embargo el montaje logró tener gran aceptación.”

A mediados de los sesenta se habían convertido en uno de los grupos más reconocidos de la zona y a partir de 1967 ATEVA junto al Teatro Pedagógico (TIP) de la Universidad de Chile sede Valparaíso, formaron el Teatro Universitario de Valparaíso (TUV), antesala del teatro profesional porteño. Ya desde su fusión con el TIP estaban formando escuela, había un proyecto y una trayectoria, que determinó su apuesta por el trabajo realizado en la región.

Fue así como se creó la Escuela de Teatro de la Universidad de Chile, sede Valparaíso. Los profesores de ATEVA pasaron en pleno a ser los académicos de esta nueva escuela universitaria. Implementaron la técnica de los talleres multidisciplinarios en donde cada alumno debía rendir examen de voz, expresión corporal y dramaturgia ante una comisión que medía todos estos aspectos.

Sin embargo, el golpe militar provocó que muchos de los forjadores y maestros del teatro chileno tuvieran que partir al exilio, fueran sumariados y perseguidos. “Estábamos sometidos a un constante control de espionaje para ver si hacíamos algún tipo de actividad política (la escuela cargaba con ese estigma, recuerda Arnaldo Berríos).

Ficha

“El Aniversario”: 30 minutos;

“Pedido de mano”: 35 minutos.

Con un intermedio de 15 minutos entre cada obra.

Funciones: 1 y 2 de junio.

Horario: 20:00 horas

Valor de las entradas: General $2.500 – Estudiantes $ 1.500. El valor de la entrada es por los dos montajes.

Lugar: Teatro del Parque Cultural de Valparaíso, calle Cárcel 471, C° Cárcel.

Los actores

“El Aniversario” (Todos miembros de ATEVA)

- Arnaldo Berríos

- Silvio Viancos

- María Angélica Arcos

- Marta Contreras

- Fernando Berríos

“Pedido de mano” (Alumnos egresados de Escuela de Teatro universidad de Playa Ancha)

- Francisco Valdivia

- Valentina Fuentes

- Alexander Castillo