Paraguay vota este domingo en reñidas elecciones diez meses después de la crisis política por la destitución del izquierdista Fernando Lugo, y en las que puede ganar el partido Colorado, hegemónico por 61 años hasta 2008 y sostén de la dictadura de Alfredo Stroessner (1954-89).
Las mesas de votación abrieron a las 07:00 locales (08:00 en Chile), constataron periodistas de la AFP, en una jornada que se pronostica calurosa, con una máxima de 30°C y sin lluvias, un escenario propicio según analistas para la participación ciudadana (de 65% hace cinco años).
Según los sondeos, la disputa, en una sola vuelta, se dirimirá cabeza a cabeza entre dos candidatos de los partidos tradicionales: el multimillonario colorado Horacio Cartes y el senador oficialista Efraín Alegre.
Cartes, de 56 años, un recién llegado a la política que se presenta como la renovación colorada, y Alegre, de 50, que busca consolidar a los liberales en el poder, lideran la contienda con entre 35 y 40% de la intención de voto.
La izquierda, dividida en dos grandes grupos tras la caída de Lugo, lucha por convertirse en la tercera fuerza.
El expresidente, quien ganó en 2008 por una alianza en la que los liberales aportaron el 70% de los votos, fue defenestrado por el Congreso el 22 de junio de 2012 por “mal desempeño de sus funciones”, tras un conflicto de tierras que dejó 17 muertos.
El exobispo católico, de 62 años, que reconoció a dos hijos concebidos mientras era sacerdote y enfrenta reclamos por paternidad por otros dos niños, se postula al Senado.
Unos 3,5 millones de paraguayos están habilitados para votar en más de 17.000 circuitos en todo el país, que permanecerán abiertos hasta las 16H00 locales (20H00 GMT). La difusión de los resultados preliminares se prevé para las 20H00 (00H00 GMT).
“Voy a entregar el poder a cualquiera sea que gane estas elecciones para reinstitucionalizar la república de este país”, dijo poco antes de la apertura de los centros de votación el mandatario Federico Franco, el exvicepresidente liberal de Lugo que asumió interinamente el gobierno en junio.
El traspaso de mando está previsto para el 15 de agosto.
Más de 300 observadores extranjeros y unos 1.200 nacionales supervisarán los comicios, entre ellos representantes del Mercosur y la Unasur, foros regionales de los que Paraguay fue suspendido tras la salida de Lugo, tildada de “golpe parlamentario” por el expresidente y sus aliados políticos de la región.
Los comicios se realizan entre denuncias de fraude por compra de votos y otras maniobras electorales históricamente extendidas, contra las que el Tribunal Superior de Justicia Electoral (TSJE) advirtió a los votantes: “No vendas tu cédula, es un delito”.
Un video causó polémica esta semana al mostrar al senador colorado Silvio Ovelar ofreciendo a dirigentes liberales 100.000 guaraníes (25 dólares) por cada elector que no vote en una localidad en Caaguazú (centro). Ovelar fue finalmente suspendido el viernes por dos meses sin goce de sueldo.
La compra de cédulas es una práctica muy común en este país agrícola ganadero, cuarto exportador mundial de soja, donde un 40% de los siete millones de habitantes vive en la pobreza, según cifras oficiales.
Ambos candidatos dijeron este domingo confiar plenamente en la tarea del TSJE.
La campaña electoral estuvo signada por el cruce de agravios y alta agresividad, en un país donde reinan la corrupción, el clientelismo y la impunidad.
Alegre, que afirma representar el “Paraguay decente contra el Paraguay de las mafias”, ha dicho que Cartes tiene vínculos con el narcotráfico y señala que estuvo preso por evasión de divisas, un caso del que finalmente salió indemne.
Cartes, en tanto, acusa a Alegre de apropiarse indebidamente de 25 millones de dólares durante su gestión como ministro de Obras Públicas de Lugo (2008-11).
Además de presidente, sin posibilidad de reelección, este domingo se elegirá un vicepresidente, así como 45 senadores y 80 diputados, representantes en el Parlamento del Mercosur, y autoridades departamentales, por un período de cinco años.
Por primera vez podrán votar unos 22.000 empadronados en Argentina, España y Estados Unidos. Autoridades electorales dijeron el domingo que la jornada electoral ya se realizaba con normalidad en varias ciudades españolas.