Luego de realizar un análisis exhaustivo a los restos de héroes patrios mexicanos que yacían en urnas situadas en el monumento del Ángel de la Independencia en Ciudad de México, se determinó que algunas de las osamentas no correspondían a los próceres.

Según informó El Nuevo Herald, parte de los restos exhibidos como reliquias históricas en el Palacio Nacional del país azteca, pertenecían a niños, mujeres e incluso la pata de un venado.

El hecho salió a la luz pública luego de que la agencia The Associated Press accediera a un documento científico que detalla el resultado de exámenes antropológicos, que se mantenían en secreto.

De acuerdo a lo informado, José Antonio Pompa, uno de los expertos que formaron parte de la investigación señaló que las osamentas que supuestamente correspondían al sacerdote Mariano Matamoros, figura clave de la independencia mexicana, en realidad no le pertenecían.

Se cree que que por “una omisión involuntaria (…) en 1895, no supieron dónde quedaron”, por lo que habrían puestos otros huesos, según explicó el profesional.

“Primero, no coincide con lo que debería de haber. Y segundo, nadie se iba a imaginar que después alguien iba a checar (verificar) si de veras eran o no”, afirmó Pompa.

Si bien la situación descrita fue una sorpresa, anteriormente un periódico local llamado “La Jornada” explicó en un reportaje que existían sospechas en torno al origen de las osamentas de los próceres.

Ante las dudas, también manifestadas por algunos historiadores, el Gobierno decidió realizar el estudio, sin embargo, conociendo los resultados igual habría expuesto los restos al público durante meses en la celebración del Bicentenario.

El hallazgo de los huesos de mujeres y niños se realizó en una urna donde habían osamentas de Manuel Hidalgo, el principal líder de la Independencia Mexicana y José María Morelos, además de otros caudillos.

En tanto, la pata de venado, los huesos de un bebé y una mujer se encontraron en una cripta donde yacían los restos de Guadalupe Victoria, el primer presidente del México independiente.

“Termina por ser simplemente una falsedad, una demagogia que se une a otras falsedades y a otras demagogias y a otra corrupción que tuvo lugar durante las celebraciones”, expresó el historiador mexicano Lorenzo Meyer, agregando que “Hace que se pierda aún más la confianza en las decisiones y en las instituciones oficiales… Tú haces toda esta ceremonia fantástica, todos con cara de gran importancia, viendo pasar las urnas con los restos y luego te salen con que no son”.