El alcalde de Concepción aseguró que la solicitud de consentimiento pedida a los apoderados del Liceo Enrique Molina, para que sus hijos participen en marchas, es una situación común y exclusiva para alumnos nuevos. La autoridad comunal insistió en que no hay intención de buscar represalias contra los estudiantes que salen en horario de clases para participar de las movilizaciones.
Cada padre que desee matricular a su hijo en el Liceo Enrique Molina Garmendia, se verá enfrentado a la posibilidad de declarar, bajo firma, si autoriza o no a su pupilo a retirarse de la jornada escolar para participar de marchas y/o protestas.
A continuación, se determina que “si el estudiante incumple el compromiso establecido, la dirección del liceo solicitará su retiro sin mayor objeción por parte del apoderado que firma este documento”.
Esto, que es considerada una amenaza, fue explicado por el alcalde Álvaro Ortiz, quien insiste en que en realidad no se trata de eso, que se entendió mal, porque es una solicitud que debe firmarse por todos los alumnos que ingresan a primer año, para que queden claras las responsabilidades.
El alcalde insistió en que no habrá represalias contra los alumnos que no estén autorizados por sus padres a participar de las marchas, pese a reconocer que fue un error exigir la firma de los padres de estudiantes antiguos.
No obstante, el concejal penquista Alex Iturra estimó que la intención es evitar la participación estudiantil en las movilizaciones.
Por lo anterior, el edil anunció que expondrá esta situación en el Concejo Municipal para retirar esta cláusula, amenazando con llegar a la Justicia si no encuentra eco entre sus pares.