La fiscalía británica prevé pronunciarse sobre eventuales procedimientos penales al hilo de la broma telefónica tras la cual una enfermera de un hospital británico –donde estaba ingresada Kate Middleton, esposa del príncipe William– se quitó la vida, anunció el sábado la policía.
La enfermera Jacintha Saldanha fue encontrada ahorcada el 7 de diciembre, tres días después de haber sido engañada por locutores de una radio australiana, que se hicieron pasar por la reina Isabel y el príncipe Carlos, para obtener así noticias de Kate, ingresada debido a náuseas causadas por su embarazo.
Tras contestar a la llamada, Saldanha se la transfirió a una compañera que atendía a la esposa del príncipe William, y que dio informaciones sobre ésta, infringiendo las normas sobre la confidencialidad de los pacientes.
“Tras la muerte de Jacintha Saldanha, los policías entraron en contacto con los servicios de la fiscalía para determinar si se cometieron delitos en relación con la broma telefónica del 4 de diciembre en el hospital Rey Eduardo VII”, dijo Scotland Yard en un comunicado.
Las razones del suicidio de la enfermera, que dejó tres cartas, no han sido reveladas. El hospital asegura haber apoyado en todo momento a su empleada, que no fue objeto de ninguna “medida disciplinaria”.