La organización separatista armada vasca ETA se declaró el sábado dispuesta a negociar con vistas a su “disolución”, reclamada por Francia y España, acusando, no obstante a ambos Estados de “alimentar la confrontación”, por medio de detenciones y su negativa a dialogar.

Madrid, sin embargo, volvió a acoger con frialdad estas declaraciones, asegurando que sólo espera la “disolución incondicional” de ETA, que el 20 de octubre de 2011 anunció “el cese definitivo de su actividad armada”, tras más de 40 años de lucha armada por la independencia del País Vasco.

“Sobre lo que diga ETA o deje de decir, sólo nos interesa una cosa y es que el único comunicado que esperamos y que exigimos, y para lo que estamos trabajando, es que se produzca su disolución incondicional”, dijo este domingo el ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz.

Respondió de esta manera al comunicado de ETA, enteramente redactado en vasco, que publicó este domingo el diario independentista Gara, habitual canal de comunicación de las reivindicaciones del grupo armado.

En su nuevo comunicado, ETA afirma querer negociar “las fórmulas y plazos para traer a casa a todos los presos y exiliados políticos vascos”, según los extractos traducidos al castellano por Gara.

El grupo armado también quiere abordar “las fórmulas y plazos del desarme, de la disolución de las estructuras armadas y de la desmovilización de los militantes de ETA”.

La organización separatista armada menciona el “desarme” en referencia a las fuerzas de seguridad españolas, llamando a Madrid a “adaptar” la presencia de las “fuerzas armadas” en la región tras el fin de la violencia.

ETA, reducida a algunas decenas de miembros activos todavía en libertad tras las detenciones llevadas a cabo en estos últimos años, esencialmente por las policías española y francesa, propone una “agenda de diálogo”.

Asegura que los dos países tienen “un conocimiento exacto” de su posición y se declara dispuesta a “escuchar y analizar” sus proposiciones.

Un acuerdo con ellos llevaría “al final definitivo de la confrontación armada”, añade el comunicado.

“Ellos saben que ni hemos negociado, ni vamos a negociar en absoluto con la organización terrorista”, dijo Fernández Díaz este domingo.

ETA, incluida en la lista de organizaciones terroristas de Estados Unidos y la UE, es considerada responsable de la muerte de 829 personas y su último atentado mortal en suelo español se remonta a agosto de 2009.

La organización armada vasca reclama regularmente un diálogo con los gobiernos español y francés y considera que el tema de sus presos, unos 700 en cárceles francesas y españolas, es uno de los principales puntos para una eventual negociación.

Francia y España, por su parte, rechazan cualquier diálogo, exigiendo la disolución incondicional del grupo armado.

En noviembre de 2011, el grupo se declaró dispuesto a “adoptar compromisos” sobre una calendario de desarme a cambio de una ammistía para todos sus prisioneros.

En su nuevo comunicado, el grupo no utiliza la palabra “amnistía” conformándose de hablar de “traer a casa” a sus presos.

También denuncia la ola de arrestos que amenaza el mantenimiento de la paz.

“Cuando la única oferta son la cerrazón y la represión cruda, cuando no se ofrecen caminos democráticos para superar el conflicto político, se alimenta la confrontación”, afirma.

El debilitamiento de ETA ha abierto la vía a un gran avance de la izquierda independentista vasca, que se desmarcó hace dos años de la violencia y se convirtió en la segunda fuerza política en las elecciones regionales del País Vasco el 21 de octubre, bajo la marca de la coalición EH Bildu.

Este movimiento, también representado en el Parlamento español desde hace un año, reclama una suavización de la política penitenciaria del gobierno hacia los presos de ETA.