Suena como los casos que se ven en las series cómicas de TV, sin embargo para Darren Kersey, un indigente de 28 años de la ciudad de Sarasota en EEUU, tuvo muy poco de gracioso.
Según cuenta el Herald Tribune, el joven, pese a no tener un hogar, posee un teléfono celular con el cual comunicarse con su familia o llamar a un número de emergencias en caso de problemas.
Como obviamente no tiene dónde cargarlo recurre a los enchufes instalados en lugares públicos, por lo que el domingo pasado, cerca de las 9:20 de la mañana, llegó hasta el parque Gillespie, cerca de un área de picnic, para darle algo de energía a su teléfono.
Para su desgracia un policía, el sargento Anthony Frangioni, consideró que aquello era un uso ilícito de las instalaciones públicas, por lo que decidió arrestarlo bajo los cargos de “robo de energía”.
“(Este tipo de acciones) no deben ser toleradas durante estos tiempos de crisis económica”, indicó Frangioni en su reporte de arrestos. Haciendo peor la situación, como Kersey no tenía los 500 dólares (240 mil pesos chilenos) que le exigían para salir bajo fianza, tuvo que dormir aquella noche en prisión.
Las cosas cambiaron al día siguiente, cuando el juez Charles Williams revisó el caso y lo desechó de inmediato, al no encontrar ninguna razón por la cual Kersey debiera ser arrestado. De hecho, se consideraba que ese enchufe estaba allí para uso público, citando incluso que una residente suele cargar su silla de ruedas eléctrica en él.
El caso abrió un nuevo punto de fricción entre el municipio de Sarasota y organizaciones de defensa de los derechos humanos, que han llegado a llamar a la ciudad como la “más despiadada” en su trato hacia los pobres e indigentes, debido a numerosos casos de abuso.
El portavoz de la policía, capitán Paul Sutton, aseguró que el caso sería revisado por la jefatura. En tanto, el sargento Frangioni no respondió las llamadas ni mensajes de los medios sobre el caso.