César de Cesare era un deportista argentino que llegó en 2009 a Ecuador, después de haber abandonado la práctica del canotaje en su país natal para concentrarse en su vida laboral, que le llevó a ser taxista y chófer de camión de mudanzas en su país natal.

De Cesare, que tiene ahora 31 años, compitió en canotaje con Argentina hasta 2003 y se retiró para dedicarse a su familia, pues entonces ya tenía dos hijas.

El deportista de Morón parecía poner punto final a su vida deportiva, que había empezado con diez años en el fútbol con Colón y seguido a los quince cuando se pasó al canotaje, tras los pasos de de su hermana mayor, Daniela.

En 2009, seis después de haberse retirado, César de Cesare escuchó la llamada de su hermano menor Sebastián, técnico de la Federación Ecuatoriana de Canotaje, quien le insistió para que se mudara con su familia al país andino.

El piragüista argentino no sabía muy bien si iba a competir o a enseñar canotaje en Ecuador, pero seis meses después de llegar ganó el oro en el Sudamericano de Colombia (2010).

Siguió compitiendo y en julio de 2011 obtuvo la nacionalidad ecuatoriana y tiene su residencia en Guayaquil junto a su esposa y sus ahora tres hijas.

En 2011 obtuvo la medalla de oro en los Juegos Panamericanos de Guadalajara y terminó en séptima posición en el Mundial de Hungría en su prueba de K1 de 200 metros, en la que competirá en Londres.

Este año quedó en segunda posición en la prueba de la Copa Mundo en Duisburgo (Alemania) y en primer lugar en la de Moscú en K1 sobre 200 metros.

Ecuador decidió darle el honor de ser el abanderado del país en los Juegos de Londres, tres años después de llegar al país y uno después de su naturalización.

“Esta decisión significa sentirme querido, aceptado, ser uno más que defiende la camiseta de este país. Siento un orgullo enorme y una responsabilidad con la gente de Ecuador, que me abrió sus puertas sin prejuicios”, declaró el piragüista a la AFP.

Ahora, después de haber sido designado abanderado de Ecuador, De Cesare quiere corresponder a su país de adopción con una medalla.

“De a poquito fuimos alcanzando objetivos, como era entrar en una final de un Mundial, luego clasificar a los Juegos Olímpicos, ser medallista mundial, estar entre los favoritos. Ahora el objetivo es alcanzar una medalla lógicamente. Si no es posible, estaremos contentos igual por lo que se ha logrado y más conociendo mi historia”, señaló el ecuatoriano.

“Espero que mi estado de forma sea de once puntos en mis días de competencia. La preparación ha sido intensa”, explicó.

De Cesare quiere ganar una medalla, pero no cree que si lo consigue ese hecho cambie su vida y la de su familia, su esposa Mayra Iconicoff, y sus tres hijas: Luana, Lara y Maia.

“No creo que mi vida cambie con una buena actuación en Londres-2012. A mi mujer, a mis hijas y a mí nos gustan las cosas sencillas. Tenemos bien claro lo que queremos, y una medalla si mejorara algo sería mi calidad de vida pero seguiremos siendo los mismos de siempre de eso estoy seguro”, explicó.

“Lo que estamos viviendo con todo esto ya es un regalo, un sueño. Lo que venga después es algo más, nada más”, concluyó la principal esperanza ecuatoriana en Londres-2012.

En caso de ganar una medalla sería la segunda de la historia para Ecuador tras el oro de Atlanta-96 de Jefferson Pérez en 20 km marcha.