El presidente de Estados Unidos Barack Obama, que abandonó sus vacaciones anuales en Martha’s Vineyard para continuar su campaña electoral, admitió el domingo sentirse “un poco deprimido” por la partida de sus hijas hacia campamentos de verano.

“Vamos a experimentar las primeras etapas del síndrome del nido vacío”, dijo el mandatario a la cadena CBS, al referirse a la próxima partida de sus hijas Malia, de 14 años, y Sasha, de 11, hacia los campamentos de verano, por un mes.

Interrogado acerca de si estaba preparado para ello, Obama respondió con una sonrisa: “Bueno, me pongo un poco deprimido”.

Al centrar su campaña de cara a las elecciones del 6 de noviembre en la mejora de las condiciones de la clase media, Obama optó por no ofrecer un blanco a sus adversarios y acortar sus vacaciones en Martha’s Vineyard, una isla reservada a las elites de la costa este, y conocida entre otras cosas por sus muy onerosos restaurantes.

En años anteriores, el presidente fue objeto de comentarios irónicos y de virulentos ataques de la oposición por haberse instalado en la muy cara granja Blue Heron.