Cientos de personas disfrutaron en Nueva York del fenómeno bautizado “Manhattanhenge”, y que consiste en el alineamiento del sol al atardecer con las calles pares de la Gran Manzana para ofrecer un espectáculo de resplandor que atraviesa la ciudad de oeste a este.

El “Manhattanhenge” tiene lugar dos veces por año durante dos atardeceres en el verano boreal, y ya se apreció los pasados 30 y 31 de mayo. El jueves podrá volver a observarse en forma parcial.

El nombre “Manhattanhenge” viene de la combinación de las palabras Manhattan y Stonehenge, el monumento megalítico situado en el sur de Inglaterra, compuesto por grandes bloques de piedra ordenadas en circunferencias concéntricas.

En Stonehenge, el sol atraviesa el eje de la construcción durante los solsticios de verano e invierno, lo que ha llevado a desarrollar varias hipótesis sobre su finalidad, entre ellas la de servir de observatorio astronómico.

En el caso de Manhattan, el fenómeno tiene lugar antes y después de los solsticios cuando al atardecer, antes de ocultarse, el sol se alinea con las calles pares que corren de este a oeste y siguen el plan de urbanización de la ciudad de 1811.

El miércoles, decenas de personas se congregaron poco antes de las 20:30 locales del miércoles (misma hora en Chile) en la esquina de la calle 14 y la Sexta avenida para tomar fotografías de un inmenso sol rojizo acostado en el horizonte al pie del cañón urbano que forman los edificios.

Entre las mejores calles que atraviesa el sol en forma perfecta al atardecer se encuentran la 14, la 23, la 34 y la 42. Estas dos últimas ofrecen vistas especialmente extraordinarias, debido a la presencia de edificios emblemáticos de Nueva York como el Empire State y el Chrysler.

El fenómeno también se observa en invierno, aunque a menudo las condiciones meteorológicas suelen ser adversas

@Slgckgc (CC) Flickr

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