Hasta un 85% de agua y energía podrían ahorrar especies como la tuna, la pitahaya, el granado, la higuera y el tamarillo, en comparación con cultivos tradicionales como los cítricos y paltos. Estos son los primeros resultados de un proyecto cofinanciado por la Fundación para la Innovación Agraria (FIA) y que fue visitado por el Ministro de Agricultura, Luis Mayol, en el sector de Las Cardas en la Región de Coquimbo.

La iniciativa —que se está ejecutando en las regiones de Atacama y Coquimbo— estableció un repositorio varietal de especies frutales que consumen menos agua que los cultivos tradicionales de la zona, con el fin de disminuir el consumo de energía, además de ampliar los terrenos de uso frutícolas.

“Aumentar la eficiencia en el uso del agua hoy en día es primordial para la agricultura, sobretodo en una zona donde existe una escasez hídrica notoria. El Presidente de la República nos ha pedido usar la creatividad y no dejar ninguna alternativa sin estudiar, por ello estamos potenciando innovadores proyectos como el bombardeo de nubes y la infiltración de acuíferos, entre otros”, señaló el ministro Mayol.

Agregó también que es importante que a nivel productivo las empresas y productores agrícolas se adapten a este nuevo escenario de déficit hídrico y de allí la relevancia de este tipo de iniciativas que, además, abren nuevas opciones productivas y de negocios para los productores nacionales.

El Norte Chico aporta de manera significativa al sector de exportaciones frutícolas nacionales. Sin embargo, el 66 % de la superficie de la zona está concentrada en sólo tres especies: uva de mesa, cítricos y paltos.

A esta escasa diversificación, se suma el hecho que dichos cultivos son de mediano a alto requerimiento hídrico, lo que redunda en una baja eficiencia económica del agua, recurso escaso en la zona. Además, la rentabilidad de la actividad agrícola se ve amenazada por el costo creciente de la energía necesaria para presurizar el agua de riego que la sustenta.

El proyecto, ejecutado por el Centro de Estudios de Zonas Áridas (CEZA), de la Facultad de Ciencias Agronómicas de la Universidad de Chile, apunta a insertar estos frutales no tradicionales, que presentan un menor consumo y que son muy valorados en mercados nichos, lo que se transformaría en una alternativa interesante, validando su cultivo en Chile.

Al respecto, el director de Investigación de Agronomía de la Universidad de Chile, Nelson Díaz, señaló que este proyecto posiciona a la Universidad como líder en materia de investigar el cultivo de especies frutales de bajo requerimiento hídrico, en particular en regiones donde existe déficit notable de agua, como es el caso de Coquimbo. Cabe resaltar la tolerancia de estas especies que les permite sobrevivir a las frecuentes sequías que afectan a la Región, evitando así la pérdida de la inversión a largo plazo, inherentes a la producción frutícola.

Para el subdirector de FIA, Fernando Jordán, “la innovación en esta iniciativa está dada por el trabajo de validar estas especies en los ambientes locales, permitiendo tolerar condiciones climáticas adversas tales como temperaturas extremas, altos niveles de radiación y fenómenos de sequía. Pudiendo cuantificar la real tolerancia de la sequía”.

El mercado que pueden abastecer estos frutales no tradicionales estaría orientado principalmente a Europa y Estados Unidos.

Hoy el producto más demandado es la granada, que puede alcanzar un ahorro de agua de 36-46% comparado con otras especies como los paltos. Esto, sumado a interesantes precios en el exterior, explica el considerable aumento de la superficie plantada a nivel nacional en los últimos cinco años. Sus exportaciones han tenido como destino Europa, Rusia y Estados Unidos, mercado que se abrió a esta especie la temporada 2009-2010.

Respecto a los higos, tienen un ahorro de 24-37% de agua, y se exportaban tradicionalmente sólo a Canadá e Inglaterra, pero a partir de la temporada 2010-2011 comenzaron los envíos a Estados Unidos, siendo el principal destino durante la última temporada.

En tanto, las tunas chilenas tienen varias opciones y su ahorro alcanza el 83-86%. México es el principal productor a nivel mundial y también el mayor consumidor; mientras que Italia es el líder en exportaciones. Por otro lado, Chile es el único país que presenta una doble producción de esta fruta: en verano e invierno.

El tamarillo o tomate de árbol, según literatura tendría un ahorro del 45% de agua, lo cual se está comprobando en este proyecto. Se trata de una especie nativa de la región andina de Perú y Colombia, y sus frutos se consumen en fresco, guisos, ensaladas, salsas, mermeladas, en conserva, en helados y otros postres.

En su zona de origen se consume como fruta fresca, mientras que en Nueva Zelanda, principal productor a nivel mundial, su producción está orientada a la agroindustria, alternativa que pareciera más viable en el caso de Chile debido a las características de sus frutos, demasiado ácidos para el consumidor chileno.

La pitahaya —que alcanzaría un ahorro de esta el 80% de agua en comparación con otros cultivos tradicionales de la zona— es originaria de los bosques tropicales y subtropicales de México, Centro y Sudamérica. El sabor de la pulpa es similar al del kiwi. Es usada con múltiples propósitos, como jugos, mermeladas, jarabes, helados, conservas, pasteles, vinos etc. Los tallos son utilizados en la fabricación de shampoo y jabones.

En relación a su mercado, éste está recién en desarrollo —principalmente por parte de los israelíes— y en Europa se han alcanzado precios de hasta 6 euros/Kg.