El Parlamento portugués aprobó este viernes la reforma laboral, destinada a flexibilizar el mercado de trabajo, como recomendaron los acreedores del país a cambio de la ayuda financiera acordada en mayo del 2011.

Esta nueva legislación, aprobada a finales de marzo en primera lectura, fue aprobada sin problema en la medida en que el gobierno de centroderecha dispone en el Parlamento de una confortable mayoría.

La oposición socialista, que estaba en el poder cuando se negoció el plan de ayuda, se abstuvo en su mayoría.

“Espero que estos cambios podrán ayudar… a dinamizar las inversiones y el mercado de trabajo”, declaró el primer ministro portugués, Pedro Passos Coelho.

Esta reforma permitirá garantizar a los trabajadores “un derecho esencial, el que se les rechaza hoy, como es el derecho al trabajo”, agregó.

A cambio de una ayuda financiera de 78.000 millones de euros, el gobierno se comprometió a reformar el mercado laboral flexibilizando los horarios de trabajo y los criterios de despido, al tiempo que se reducen las vacaciones y cuatro días festivos -dos fiestas religiosas y dos feriados civiles- a partir de 2013.

Esta reforma ha sido objeto de una negociación entre el gobierno y los agentes sociales, con excepción de la CGTP, la principal confederación sindical cercana a los comunistas, que la ha rechazado.