Nuevas e intensas balaceras se desataron este miércoles en el estado mexicano de Coahuila, fronterizo con Estados Unidos, mientras subían a tres los muertos en los choques que comenzaron la tarde del martes y obligaron al cierre de pasos fronterizos, informó el gobierno local.

Los enfrentamientos entre pistoleros de bandas del narcotráfico, apertrechados con fusiles, y la fuerza pública se trasladaron este miércoles a Saltillo, la capital estatal, donde dos personas murieron, informó la secretaria de seguridad de Coahuila, que recomendó a los vecinos evitar salir a las calles.

En uno de los cruces viales de Saltillo eran visibles los dos cadáveres, según imágenes transmitidas por la cadena de televisión Azteca, que también mostraban a grupos de fuerzas especiales desplegados para perseguir a los atacantes que disparaban desde camionetas blindadas.

La noche del martes una policía murió y otros seis agentes resultaron heridos tras una serie de enfrentamientos en la ciudad de Piedras Negras, también en Coahuila, y que llevaron a cerrar por algunas horas los puentes fronterizos que llevan a Eagle Pass (Texas).

Según la fiscalía, los choques en Coahuila son una reacción de un grupo vinculado al narcotráfico por las pesquisas para buscar a ocho trabajadores petroleros que están secuestrados desde hace una semana.

El Ejército desplegó tropas en Piedras Negras y Saltillo para ayudar a la policía a contener los ataques.

El gobierno de Coahuila declaró la región en “código rojo” (alerta máxima), mientras anunció que tomaba precauciones para salvaguardar a estudiantes que quedaron atrapados en sus escuelas por los tiroteos.

Las autoridades no identificaron de inmediato a qué grupo pertenecen los pistoleros atacantes, aunque en Coahuila tienen una fuerte presencia Los Zetas, un grupo creado por militares que desertaron para trabajar con el narcotráfico, y que mantienen un enfrentamiento con el Cartel del Golfo.