Un equipo de científicos elaboró el primer mapa en tres dimensiones de los efectos de un gran terremoto, tomando como ejemplo el sismo 7.2 grados que sacudió al norte de México el año 2010.

Especialistas estadounidenses, mexicanos y chinos utilizaron un LIDAR (Light Detection and Ranging), una suerte de radar que desde el aire tomó medidas por medio de un láser, con alta precisión, de la zona afectada por el terremoto, comparando datos con información anterior.

Gracias a este mecanismo, los científicos obtuvieron en sólo 3 días la información con precisión de centímetros y en 3D, sobre las rupturas frescas en la corteza terrestre, en un área de 363 kilómetros cuadrados, según informó la agencia EFE.

De esta forma, pudieron constatar siete pequeñas fallas en la zona de Mexicali, confirmado lo que antes sólo se especulaba e incluso algunas que no habían sido advertidas.

Asimismo, pudieron observar las transformaciones y desniveles del suelo y las rocas, luego de un importante movimiento telúrico. Esperan además que estas nuevas herramientas sirvan para evaluar de mejor manera la probabilidad de futuros terremotos.

En esta imagen, el tono azul indica la baja de nivel del terreno y los tonos rojos la elevación:

Michael Oskin | UC Davis

Michael Oskin | UC Davis