El tema del dinero obtenido de manera ilícita (a través de la corrupción o la evasión de impuestos, por ejemplo) y su efecto negativo en los resultados del desarrollo de un país y de las personas, ha sido una materia en la que escasean las respuestas y donde los profesionales en el tema se declaran culpables de NO tomar total atención en buscar conclusiones.

En un estudio realizado entre 2010 y 2011 sobre el dinero obtenido ilícitamente y su relación con la economía, el Equipo de Integridad Financiera observó las experiencias de Malawi y Namibia, estimando que la corrupción equivale al 5% del PIB y la evasión tributaria a un desproporcionado 8-12% del mismo.

Como resultado, trascendió que los ingresos tributarios efectivamente recaudados por la Autoridad Fiscal de Malawi representan sólo el 22% del PIB; mientras que si la autoridad nacional correspondiente percibiese correctamente todos los tributos que se le adeudan, los ingresos del Gobierno aumentarían un 50%, lo que equivale a lo que Malawi recibe en ayuda externa (11,7% del PIB).

A su vez, un funcionario de Rentas Públicas de este país señaló que “Si recaudáramos todos los impuestos, no tendríamos que depender de la ayuda externa”, en referencia al estudio antes mencionado.

Mientras tanto, la situación de la evasión tributaria de Namibia no es mejor, ya que los impuestos no cobrados equivalen aproximadamente al 9% del PIB, superando el porcentaje de la economía destinado a la educación y casi igual al sector de la minería, que genera la mayor parte de los ingresos de exportación del país, acompañado de un desastroso coeficiente de Gini (estimado en 70.7), que mide la brecha entre ricos y pobres.

En tanto, el estudio confirma que la evasión tributaria desvía el dinero que podría invertirse en recursos productivos necesarios para diversificar la economía y enfrentar problemas sociales urgentes.

Por lo mismo, en términos generales, los profesionales llegaron a estas conclusiones (válidas para todas las naciones):

1. Criminalidad en desmedro del desarrollo:

Las pérdidas causadas por la corrupción y la evasión tributaria son poderosos ejemplos de cómo las actividades criminales pueden tener potencialmente enormes efectos negativos sobre el desarrollo económico y social.

2. Pérdida de fondos para inversiones públicas:

El dinero obtenido ilícitamente no se gasta en inversiones productivas que puedan tener un efecto multiplicador en la economía y beneficiar a la gran mayoría de la población, en lugar de sólo a unos pocos elegidos.

3. Desestimación del problema de fondo:

Los responsables de las políticas gubernamentales y las instituciones para el desarrollo no pueden permitirse el lujo de ignorar los problemas que se interponen en el camino del logro del progreso económico, porque significa que muchas personas seguirán siendo pobres. Por lo tanto, la lucha contra la corrupción y la evasión tributaria debe ser incluida en el diálogo cuando interactuamos con los responsables de formular políticas.

4. Falta de fiscalización y marcos legales.

El estudio confirma la importancia de que los países en desarrollo adopten, para su propio beneficio, regímenes jurídicos e instituciones debidamente adaptados para ir en busca del dinero sucio. Los regímenes deben reflejar los contextos políticos, económicos y sociales locales.