Siria se opuso este martes al despliegue de tropas árabes propuesto por Catar para poner fin a la violencia, que causó la muerte de unas 5.400 personas desde el inicio de la movilización popular contra el régimen de Bashar al Asad, según estimaciones de la ONU.

“Siria rechaza las declaraciones de responsables de Catar sobre el envío de tropas árabes, que amplifica la crisis, frustra la acción árabe y abre la vía a una intervención extranjera”, declaró el ministerio de Relaciones Exteriores sirio en un comunicado, publicado por la agencia oficial Sana.

“El pueblo sirio rechaza toda intervención extranjera bajo cualquier denominación. Hará frente a toda tentativa que atente contra la soberanía de Siria y la integridad de su territorio”, añadió el comunicado.

“Sería lamentable que corriera sangre árabe en territorio sirio para servir” otros intereses, agrega.

“Siria llama de nuevo a la Liga Árabe a parar las campañas de incitación de la prensa, y a ayudar a evitar la infiltración de terroristas y la entrada de armas en su territorio, para lograr la seguridad y la estabilidad previas a un diálogo nacional y a una solución política de la crisis”, añade el texto.

El emir de Catar, jeque Hamad Ben Jalifa Al Thani, dijo el sábado en una entrevista al canal estadounidense de televisión CBS que es favorable al envío de tropas de países árabes para “detener la matanza” en Siria, sacudida desde hace diez meses por una revuelta contra el régimen reprimida de forma violenta.

El emir fue el primer dirigente árabe en proponer tal solución.

Pese a la presencia desde el 26 de diciembre de decenas de observadores árabes en Siria, el régimen siguió reprimiendo las protestas y causando muertos, según fuentes opositoras.

Así, al menos 14 civiles murieron el martes en Siria, ocho de ellos al estallar una carga al paso del minibús en que viajaban, informó el opositor Observatorio Sirio de los Derechos Humanos (OSDH), con sede en el Reino Unido. El OSDH dijo ignorar la identidad de los autores del atentado.

Ocho personas murieron en la explosión de una bomba al paso de su minibús en la carretera que va de Idleb (noroeste) a Alep (norte).

Un militante también murió por disparos de un francotirador en Jan Cheijun, en la provincia de Idleb.

En Homs (centro), uno de los bastiones de la protesta contra el régimen del presidente Asad, transportes de tropas blindadas que circulaban en la calle Al Qahira “abrieron fuego a ciegas, matando a un civil e hiriendo a otros nueve”, agregó el OSDH.

En la misma ciudad, disparos de las fuerzas de seguridad mataron a cuatro civiles, según el OSDH.

Por quinto día consecutivo, las fuerzas del orden atacaron Zabadani, situada 45 km al noroeste de Damasco, obligando a los residentes de la ciudad a huir, según los Comités de Coordinación Locales (LCC).

Además, en Alep, la segunda ciudad de Siria, las fuerzas de seguridad llevaron a cabo allanamientos en la Ciudad Universitaria después de una manifestación estudiantil el lunes. Las fuerzas de seguridad rompieron los muebles en los dormitorios y arrestaron a algunos estudiantes.

Por su lado, el Consejo Nacional Sirio (CNS), que reúne a las principales corrientes de oposición, explicó haber instalado con el Ejército Sirio Libre (ASL), conformado por desertores, “una oficina de enlace y un teléfono rojo para seguir lo que está ocurriendo”.

El OSDH informó de la liberación de Najati Tayara, famoso opositor y militante de derechos humanos detenido en mayo por haber denunciado las atrocidades cometidas por las fuerzas del régimen.

El presidente Asad anunció el domingo una “amnistía general por crímenes cometidos durante los acontecimientos” registrados desde el 15 de marzo en la que la oposición no confía demasiado.

En el plano diplomático, Rusia distribuyó un nuevo borrador de resolución sobre Siria ante el Consejo de Seguridad de la ONU, tras semanas de críticas por la lentitud de las negociaciones, informaron el lunes fuentes diplomáticas.

Francia y Alemania consideraron el martes insuficiente esta propuesta y Gran Bretaña se mostró pesimista respecto a la evolución de la posición rusa.

Diplomáticos occidentales estimaron que no existen cambios aparentes en la postura de Moscú, que se opone a una acción de la ONU contra el régimen de Asad.

El jefe de la mayor tribu de Siria, Nawaf al Bashir, que huyó de su país la semana pasada, amenazó en Estambul con una radicalización de la lucha contra el régimen si el Consejo de Seguridad no interviene para poner fin a la represión.