El proceso eruptivo del volcán Tungurahua, en el centro andino de Ecuador, registra un descenso que derivó en que las autoridades bajen el nivel de alerta de naranja (previa a la roja, de máxima peligrosidad) a amarilla, se informó oficialmente el martes.

“En cuanto a la actividad sísmica del volcán se nota un descenso en el número de eventos (sismos) de largo período, lo que indica una disminución en presiones de fluidos en el interior del edificio volcánico”, señaló el Instituto Geofísico en su reporte del martes.

Entretanto, la secretaría nacional de Gestión de Riesgos (SNGR, Defensa Civil) dispuso el cambio del nivel de peligro para las zonas de influencia en el volcán tras declarar la alerta naranja el 28 de noviembre pasado ante una reactivación con un “aumento súbito” del proceso eruptivo.

Desde el 9 de diciembre, la “actividad superficial ha descendido y únicamente se observan emisiones de vapor de agua”, anotó la SNGR en un comunicado.

“De manera general, los sistemas de monitoreo del volcán muestran un descenso en los niveles de actividad”, añadió el organismo, por lo que ordenó que la alerta baje de naranja a amarilla para las áreas de riesgo.

El Tungurahua (“garganta de fuego” en lengua quichua), de 5.029 metros de altura y a 135 km al sur de Quito, se mantiene en erupción desde 1999 y alcanzó su mayor pico en 2006, causando seis muertos en una aldea de la provincia andina de Chimborazo (sur).

Hace un año, las autoridades decretaron la alerta roja también frente a una reactivación del fenómeno, que entonces forzó la salida de pobladores y turistas.

En los alrededores del Tungurahua se asientan varias poblaciones, como la turística Baños, cuyos 15.000 habitantes fueron evacuados a la fuerza en 1999 y pudieron regresar a sus casas después de un año.