El francés Jo-Wilfried Tsonga clasificó para la final del torneo Masters de tenis ATP de Londres al derrotar al checo Tomas Berdych en dos sets, por 6-3 y 7-5, este sábado en semifinales, y enfrentará el domingo al suizo Roger Federer en el tercer partido entre ambos en dos semanas.

Éste, por su parte, venció al español David Ferrer a primera hora en la jornada, también en dos sets por 7-5 y 6-3, y la del domingo será su final 100ª en el circuito profesional.

Incluso sin jugar su mejor tenis, Federer dominó por completo en 1 hora y 25 minutos de partido a Ferrer, a quién le ganó por duodécima vez en otros tantos encuentros, incluyendo una final de Masters, la de Shanghai en 2007.

Federer cometió muchas faltas directas, sobre todo en el primer set (19 sobre un total de 29), y sus golpes no fueron siempre potentes (sólo 4 golpes de drive ganadores desde el fondo de la cancha y ningún revés).

Pero supo ser sólido en el servicio (6 puntos directos, 64% de éxito en las primeras bolas) y no dejó que su adversario le hiciera el break.

Gracias a sus puntos sobre la red (15 de 17 intentos) y a las faltas directas del español (21), Federer ganó cómodamente el partido.

“Fue un partido difícil. Se vio porqué David había derrotado aquí a Andy Murray y a Novak Djokovic. Pega a la pelota muy pronto y sabe encontrar los buenos ángulos. Tuve que emplearme a fondo para ganarle hoy (sábado)”, dijo el vencedor de un partido seguido por un público entusiasta en el O2 Arena de Londres.

El suizo también elogió la progresión del juego de su rival.

“Últimamente ha sido muy duro, muy físico, ha mejorado mucho. Ha trabajado para estar entre los 10 primeros del mundo y quizás estará entre los cinco mejores”, aseguró.

Por su parte Ferrer reconoció que le falló el servicio pero se mostró satisfecho con la temporada.

“Serví mal. En estas condiciones es difícil derrotar a los mejores. Roger sirvió muy bien en los momentos importantes. Fue la clave. Mi temporada ha sido perfecta. Terminar en el Top-10 era mi objetivo y lo logré”, dijo Ferrer tras la derrota.

Tsonga, de 26 años de edad, jugará el partido más importante de su carrera desde que disputara la final del Abierto de Australia en 2008, que perdió ante el serbio Novak Djokovic (N.1).

En la final se encontrará con el rival que más veces enfrentó este año, puesto que éste será el octavo partido entre ambos.

Se habían enfrentado el domingo pasado en la apertura del torneo, con victoria del helvético en tres sets. Asimismo, una semana antes jugaron la final de París-Bercy con victoria de Federer en dos sets.

“Simplemente, es algo increíble (…) Para mí, ésta ha sido una semana increíble y voy a disfrutar de esta final y tratar de jugar mi mejor tenis contra Roger. He trabajado mucho para estar aquí, por lo que estoy muy contento. Va a ser un gran espectáculo (la final)”, destacó el francés.

Contra Berdych, Tsonga confirmó su buen momento deportivo demostrado durante toda la semana, en particular con su victoria ante el español Rafael Nadal.

Sólido con su servicio (7 aces), el ganador estuvo sobrio desde el fondo de la cancha (13 faltas) y eficaz en las subidas a la red (10 puntos sobre 14). También se benefició de las numerosas faltas cometidas (30) por Berdych, muy flojo con su drive, que suele ser su punto más fuerte.

En el primer set, el francés sólo sufrió un poco en el quinto game, cuando tuvo que levantar dos bolas de break. Pero, a partir del siguiente juego se soltó más para ponerse 4-2 arriba y cerrarlo con 6-3.

Su superioridad fue abosluta en la segunda manga, pero por dos veces tuvo que recuperar el servicio para poder imponerse. El break lo sufrió en 3-3, pero enseguida se recuperó devolviendo el cumplido a su rival, para después hacer lo propio en 5-5 e imponerse en el set y en el partido (7-5).

De esta manera, Tsonga se tomó su revancha ante el checo que lo había derrotado en semifinales de un torneo mucho menos prestigioso, el de Pekín a comienzos de octubre.

Por otra parte, los jugadores polacos Mariusz Fyrstenberg y Marcin Matkowski enfrentarán en la final de dobles al dúo del bielorruso Max Mirnyi y el canadiense Daniel Nestor.