Un tren con desechos nucleares que viajaba de Francia a Alemania se detuvo cerca de la frontera entre ambos países, indicó el miércoles a la AFP una fuente de seguridad.

El tren contaba con 11 vagones con desechos vitrificados reprocesados en Beaumont-Hague, en el noroeste de Francia, y se dirigía a Gorleben (norte de Alemania).

Existían tres posibles recorridos en Alemania para intentar evitar nuevas manifestaciones, como las que tuvieron lugar en Francia.

El miércoles, hubo violentos enfrentamientos en el noroeste de Francia, cuando militantes antinucleares intentaron bloquear el tren.

Tras estos enfrentamientos, seis militantes antinucleares de 30 a 65 años deberán comparecer ante la justicia a partir de fines de enero, acusadas de poseer armas (hachuelas, gases lacrimógenos, tenazas grandes, cuchillas) y de ingresar en una zona de vías ferroviarias. Entre ellas, se encuentra una mujer de 65 años acusada de haber robado latas de refresco de un vehículo de policía.

Como consecuencia de estos enfrentamientos, el tren inició su viaje de 1.500 kilómetros el miércoles con dos horas de retraso. Unos 2.000 policías y gendarmes han sido desplegados para garantizar la seguridad del traslado en la parte francesa.

En Alemania, varias decenas de miles de manifestantes se aprestan a protestar contra este traslado de desechos nucleares.

En 16 años, tuvieron lugar 12 traslados como éste para hacer regresar a Alemania 102 contenedores con desechos nucleares que Berlín había enviado a reprocesar en el exterior del país.

En 2005, Alemania decidió dejar de reprocesar estos desechos. Berlín no renovará el contrato con el grupo nuclear francés.

La energía nuclear se ha convertido en un tema de campaña de cara a las elecciones presidenciales francesas de 2012 y foco de controversia, no sólo entre la derecha de Nicolas Sarkozy, sino también entre los socialistas, y entre éstos y los ecologistas, con los que han firmado un acuerdo preelectoral, que gira sobre todo en torno a este asunto.

Además, el lunes, la AFP obtuvo la copia de un documento interno de Areva en el que el grupo nuclear francés se plantea suprimir entre 2.700 y 2.900 empleos y recortar el 40% de sus inversiones para ahorrar 500 millones de euros anuales hasta 2013.