Un dominicano nacionalizado estadounidense, supuesto “simpatizante de Al Qaida”, continuaba detenido este lunes después de que las autoridades lo acusaran de fabricar bombas para atacar a la Policía y a militares estadounidenses que regresan de misiones en el exterior.

El alcalde Michael Bloomberg dijo que José Pimentel, de 27 años y convertido al Islam, “preveía utilizar bombas contra coches de la Policía, equipamientos de correos y militares que regresaron del extranjero”.

El dominicano-estadounidense está formalmente acusado de posesión de armas con fines terroristas, complot terrorista, apoyo a un acto terrorista y posesión de sustancias explosivas.

“Podría haber matado a mucha gente”, dijo Bloomberg, y añadió que antes de esta detención “hubo al menos 13 complots terroristas contra Nueva York desde el 11 de septiembre”.

El jefe del Departamento de Policía de Nueva York, Raymond Kelly, afirmó que el sospechoso, que fue vigilado durante dos años, había fabricado en los últimos meses tres bombas artesanales en su apartamento, después de comprar los componentes en varios sitios y de haber aprendido a hacerlas en un sitio de internet del clérigo radical yemení-estadounidense Anwar al-Aulaqi, muerto en una operación estadounidense en setiembre de este año.

Pero estas bombas no estaban completamente terminadas cuando fue detenido el sábado, según el acta de acusación.

“Él hablaba de cambiar su nombre por el de Osama Husein, en honor a sus héroes, Osama bin Laden y Sadam Husein”, agregó.

Pimentel era un “lobo solitario”, movido por su odio contra las tropas estadounidenses que invadieron Irak y Afganistán, e inspirado por la propaganda de Al Qaida, explicó el alcalde. “No formaba parte de un complot mayor de origen extranjero”, añadió.

“Habló de matar a militares de Estados Unidos que regresan de Irak y Afganistán, en particular del Ejército y del Cuerpo de Marines. Habló de poner bombas en oficinas de correos en los alrededores de Washington Heights y autos de policía en la ciudad de Nueva York, así como una estación de policía en Nueva Jersey”, dijo el jefe de la Policía.

“Creemos que lo que le llevó a actuar fue la eliminación de Al-Aulaqi”, agregó Kelly.

El clérigo, sospechoso de estar involucrado en varios ataques en Estados Unidos y de reclutar estadounidenses para su causa, fue muerto en una incursión aérea en Yemen a fines de setiembre. Algunos catalogaron la operación de ejecución extrajudicial.

Las autoridades explicaron que decidieron intervenir el sábado para evitar riesgos.

“Siempre tuvimos planificado detenerlo antes de que pudiera detonar una bomba. No queríamos provocarlo, incluso accidentalmente y que pudiera poner a vecinos en riesgo. Por eso pusimos a funcionarios a vigilarlo, dispuestos a tirar la puerta abajo si era necesario”, dijo.

Bloomberg dijo que éste era “otro caso más en el que las precauciones valieron la pena”.

El alcalde recordó otros planes de atentado contra la ciudad de Nueva York desde el 11 de setiembre de 2001.

Por ejemplo, en 2004 dos residentes locales, disgustados por el tratamiento dado a los prisioneros en Irak y Afganistán, tenían previsto colocar una bomba en la estación de metro Herald Square.

Uno de los más sonados fue organizado por Faisal Shahzad, un inmigrante paquistaní, detenido inmeditamente después de que el 1 de mayo de 2010 fallara el artefacto explosivo colocado en Times Square. Dijo que quería vengar las muertes provocadas por Estados Unidos en Pakistán. Fue condenado a cadena perpetua.