Los muy esperados resultados de un estudio emprendido por agencias federales estadounidenses no confirmaron el vínculo entre el síndrome de fatiga crónica y el retrovirus XMRV, responsable del cáncer entre los ratones.

Trabajos aparecidos en octubre de 2009 en Estados Unidos establecían ese vínculo, pero dos estudios publicados en la revista estadounidense Science en mayo de 2011 no pudieron confirmar las observaciones de esas investigaciones, según las cuales ese retrovirus estaba con frecuencia en la sangre de pacientes que sufrían dicho síndrome.

Los investigadores subrayaban, sin embargo, que no pudieron afirmar que ese virus era la causa de ese mal.

Los científicos que realizaron los primeros contra-análisis publicados en mayo de 2011, anticipaban como posible explicación de los resultados iniciales una contaminación de las muestras de sangre analizadas o de los equipamientos.

Los ensayos de laboratorio destinados a detectar el retrovirus XMRV entre pacientes con síndrome de fatiga crónica no son fiables, concluye la última investigación difundida el jueves, la que arroja más dudas respecto del papel de ese retrovirus en la enfermedad, que afecta a un millón de estadounidenses, jóvenes a menudo.

Este estudio, aparecido en la edición en línea de la revista estadounidense Science, con fecha del 22 de setiembre, fue realizado por el doctor Graham Simmons y sus colegas en nueve diferentes laboratorios, entre ellos uno en el que trabajaron los autores del estudio inicial.

Analizaron muestras de sangre de quince personas cuyos exámenes precedentes detectaron una infección con el retrovirus XMRV o patógenos cercanos.

Estos investigadores también realizaron análisis de sangre de otras 15 personas en buen estado de salud que sirvieron como grupo de control.

De los nueve laboratorios que realizaron análisis ‘a doble ciego’ de las muestras de sangre de treinta personas, sólo dos hallaron indicios de la presencia del retrovirus XMRV.

El método del ‘doble ciego’ se emplea para evitar que los resultados de una investigación estén influidos por el efecto placebo o la subjetividad del observador.

“Estos resultados indican que los actuales análisis no detectan el retrovirus XMRV en las muestras de sangre”, escriben los investigadores.

Pero estos científicos subrayan asimismo que no pudieron excluir de manera definitiva la posibilidad de que los niveles de los marcadores virales en la sangre puedan fluctuar con el transcurso del tiempo y convertirse incluso en indetectables durante algunos períodos.

Los investigadores que trabajaron en el estudio inicial –y que habían observado un vínculo entre el gen XMRV y el síndrome de fatiga crónica, cuyos trabajos fueron publicos en octubre de 2009– rectificaron el jueves una parte de sus datos, pero no sus conclusiones, debido a que en uno de los laboratorios involucrados en el estudio hubo indicios de contaminación.

El grupo de científicos que realizaron el contra-análisis también recomendó cambiar el nombre de la enfermedad –síndrome de fatiga crónica– por el de encefalomielitis miálgica, muy similar y reconocido desde hace mucho tiempo por la Organización Mundial de la Salud (OMS).