Un coronel de la Policía colombiana fue capturado este martes en Bogotá por orden de la Fiscalía, que lo investiga por su presunta impicación en los asesinatos de tres personas en 2003 en complicidad con paramilitares de extrema derecha, informó el ente investigador.

William Montezuma fue detenido por agentes de la Dirección de Investigación Criminal e Interpol (Dijin) luego de que la Fiscalía le imputara cargos de concierto para delinquir, autoría intelectual de homicidio y enriquecimiento ilícito.

El ministerio público afirmó que pidió el arresto del oficial para que responda por los homicidios de “María Ruth Granados Contreras, José Antonio Granados Contreras y la madre de ellos, Virginia Contreras de Granados”, producidos en julio de 2003 y en los que estuvo implicado según las declaraciones de cuatro ex paramilitares.

“Los paramilitares señalaron al coronel como la persona que ordenó la muerte de los tres, aparentemente porque eran informantes y daban información sobre los paramilitares”, precisó la institución en un escueto informe.

El ex jefe paramilitar Jorge Laverde, alias “El Iguano”, aseguró que Montezuma se reunió con varios cabecillas de los grupos armados de ultraderecha en 2002 y 2003 en el departamento de Norte de Santander (noreste) y recibió dinero “a cambio de ser permisivo” con ellos en la región.

“Montezuma, ex comandante de la Sijin (Seccional de Investigación Criminal de Policía) y subcomandante en Norte de Santander, se reunió en repetidas oportunidades con ‘El Gato’ y Andrés Palencia, ex jefes de las AUC (Autodefensas Unidas de Colombia) de Cúcuta”, señaló Laverde en una declaración ante la fiscalía.

El coronel, quien recientemente se desempeñó como comandante de la Policía del departamento de Nariño (suroeste), también es investigado por la Fiscalía por presuntos nexos con la guerrilla guevarista Ejército de Liberación Nacional (ELN).

Las AUC, que combatían a las guerrillas izquierdistas y cometieron miles de crímenes atroces contra la población civil, especialmente en la década de los años 90, participaron entre 2003 y 2006 en una negociación de paz que les otorgó beneficios procesales a cambio de la confesión de sus crímenes.

Con base en esos testimonios la justicia abrió investigaciones a dirigentes políticos, en la que resultaron involucrados más de un centenar de ellos.

En 2010, diez ex parlamentarios fueron condenados y uno absuelto. En lo que va de este año, han sido declarados culpables nueve más, entre ellos dos ex presidentes del Congreso y un ex gobernador.