La catedral del tenis se rindió ante la checa Petra Kvitova, flamante vencedora de un torneo del Gran Slam y ante el notable Novak Djokovic, el dueño del tenis masculino del primer semestre. Ambos se dieron un gran gusto, que duda cabe.

Obtuvieron su primer Abierto de Inglaterra pero, además, sus vencidos fueron campeones de ese certamen. Kvitova le ganó a Maria Sharapova, quien en 2004 con 17 años alzó el trofeo y Novak a Rafael Nadal, campeón vigente y además de defensor del título  participó en condición de número 1 del mundo, condición que quedó a manos de Djokovic a partir de este lunes.

El ingreso de Kvitova a la selecta galería de los vencedores de un torneo del Gran Slam pero especialmente en Wimbledon va finalizando con la hegemonía de las hermanas Williams (8 títulos entre las dos desde 2000), abre un frente más amplio y confirma que Europa Oriental entrega permanentemente jugadoras y jugadores al circuito profesional.

Admiradora de Martina Navratilova y Jana  Novotna (antiguas campeonas del abierto inglés y checas como Kvitova) la zurda de 21 años se recuperó de una lesión complicada en 2010, retornó con toda su potencia tenística adornada con mucho talento a principios de la temporada y en este primer semestre ha ganado, con Wimbledon, 4 certámenes.

Dueña de un excelente servicio con mucho efecto y un revés a dos manos semiplano que en canchas rápidas produce daño, Kvitova ya es una realidad e irá al Us Open, el último torneo del Gran Slam del año en Nueva York en condición de favorita.

Tal vez no como máxima favorita porque, se sabe, si las hermanas Venus y Serena Williams llegan físicamente enteras (no lo estuvieron en Londres) y la defensora del título, la belga Kim Clijsters, retorna en su plenitud (no jugó el abierto inglés por una lesión) tendrá dura oposición. Pero al menos, Kvitova con su gran victoria, ha refrescado al tenis femenino. Ella y el gran campeonato jugado por Maria Sharapova, más el arribo a semifinales de la alemana Sabine Lizicki. Un par de rostros nuevos y la confirmación de la rusa. No es poco lo que ha dejado la rama femenina en Wimbledon.

Novak Djokovic en todo caso no hizo más que confirmar todo lo que hizo desde el Abierto de Australia 2011 en adelante. Ocho campeonatos en 6 meses, dos de ellos del Gran Slam (Australia y Wimbledon) cuatro Masters  1000 (Indian Well`s y Key Biscayne sobre cemento; Roma y Madrid, sobre arcilla y dos ATP, Doha y Belgrado (cemento y arcilla respectivamente).

Novak además comenzó a ejercer una cierta paternidad sobre Rafael Nadal a quien este año le ha ganado en todas las superficies oficiales: cemento en Indian Well`s y Miami; arcilla en Roma y Madrid y esta última, la más rutilante, sobre el césped de Wimbledon.

Djokovic es completo por donde se le mire y si hasta el año 2010  daba la sensación de no poder superar la barrera de Nadal o  Federer en los partidos claves, el triunfo de Serbia en la final de la Copa Davis  ante Francia le dio el espaldarazo, el empujón necesario. Tanto que en la  épica presentación de Serbia Nole ganó dos singles y desde allí hasta la victoria ante Rafael Nadal en Wimbledon, solo perdió un match, la semifinal de Roland Garros ante un inmenso Federer. Respaldado por un gran equipo técnico encabezado por el ex tenista checo Marian Vajda quien le devolvió el servicio que el breve interinato del americano Todd Martín quiso cambiar, Djokovic realizó un cambio total en su preparación física y su alimentación.

Como el tenis superlativo ya era de su propiedad, le agregó esos ítem necesarios en el tenis súper profesionalizado de hoy. Lo necesario para empezar a ganarle a Rafael Nadal, alguien que hasta no hace mucho se presentaba como casi invencible para el balcánico.

El abierto inglés además entregó la vigencia del español, quien volvió a jugar la final de un torneo grande tal cual lo había hecho en Roland Garros. Todo un mérito para el manacori triunfador en 2010 de ambos certámenes y que ha cumplido como gran campeón en llegar a las finales un año después. Le fue bien en Francia ante Roger Federer, perdió ante Nole en Wimbledon. Pero como siempre, entregando todo. Y con un mensaje: cuidado que todavía estoy vigente y retornaré por lo mío. Nadal ahora tomará vacaciones por al menos dos semanas, tendrá que asistir su maltrecho tobillo derecho y volverá con todo en la temporada americana de canchas rápidas que desembocan en el Us Open, jugando seguramente Montreal en Canadá y Cincinatti en Estados Unidos, dos Master 1000 sobre cemento.

Andy Murray volvió a defeccionar y da la sensación que más dependerá de ausencias de Djokovic, Nadal y hasta el mismo Federer su posibilidad de ganar en su país. Y Federer con algunas señales de lentitud en sus desplazamientos. No es menor el tema: el más campeón de todos entrena menos y juega menos torneos que antes, su preocupación mayor pasa por permanecer mucho tiempo con sus dos hijas y aunque sus ganas de ganar otro grande mantienen vigencia, sabe que Djokovic y Nadal empiezan a alejarse. Y que aparecen otros, como Jo Wilfried Tsonga, Bernard Tomic o Juan Martín del Potro que pueden complicarlo antes de una final.

Wimbledon en su edición 125 entregó dos nuevos campeones y algunas confirmaciones. Ojala que ese nivel se mantenga en el Abierto de Estados Unidos.