Las relaciones en temas de seguridad entre Estados Unidos y Pakistán han descendido a su punto más bajo desde los ataques del 11 de septiembre de 2001, amenazando los programas de contraterrorismo, indicó este jueves el Washington Post.

Dirigentes de ambos países relataron al Post que los vínculos podrían deteriorarse aún más en medio de la creciente presión desde dentro las fuerzas armadas de Pakistán para reducir los lazos con Estados Unidos, tras el operativo de las fuerzas especiales norteamericanas en el que fue abatido Osama bin Laden en un poblado de Pakistán que es sede de una guarnición militar.

Estados Unidos mantuvo el operativo en secreto, sin informar a Pakistán con antelación, lo cual dejó a las fuerzas armadas y a las agencias de inteligencia frustradas y humilladas tras la operación que también dio lugar a acusaciones de incompetencia y complicidad.

El jefe del ejército de Pakistán, Ashfaq Kayani, está “luchando por sobrevivir”, dijo un funcionario estadounidense. “Ahora sus comandantes están muy en contra de Estados Unidos, así que debe aplacarlos”.

La abierta presión sobre Kayani no tiene precedentes bajo la estricta jerarquía militar de Pakistán.

“Nadie debe subestimar la presión bajo la cual se encuentra en este momento”, dijo por su parte otro funcionario estadounidense.

Los legisladores estadounidenses están asimismo disconformes, señalando que la cooperación de Pakistán no es confiable a pesar de la enorme suma en ayuda norteamericana, que asciende a más de 20.000 millones de dólares desde 2001.