Aventurarse en el círculo ártico es, en sí, una tarea arriesgada, sin embargo hacerlo en solitario durante 12 días y cargando equipo fotográfico por algunos de sus parajes más agrestes es un desafío que no cualquiera aceptaría.

El fotógrafo noruego Terje Sorgjerd lo hizo, solamente para mostrar al mundo cuán indescriptibles lucen los atardeceres y amaneceres en el archipiélago Lofoten, justo en una época donde el sol realmente nunca se pone, sino que se mantiene como un hilo de luz incluso hasta la medianoche.

Sorgjerd tuvo que lidiar con las bajas temperaturas, caídas a las gélidas aguas, caídas desde alturas (incluso estuvo hospitalizado) y que se rompiera su equipo, pero a juzgar por el fruto de su trabajo, toda penuria valió la pena.

The Arctic Light from TSO Photography on Vimeo.