Ratko Mladic, conocido como el “carnicero de los Balcanes”, acudía ostensiblemente a restaurantes de Belgrado y asistía a partidos de fútbol, seguro de no ser detenido, antes de sumirse en 2000 en la clandestinidad y conseguir eludir durante 16 años a la justicia internacional.

El jueves, fue detenido en un pueblo de la vasta llanura del Banat, en la frontera con Rumanía, lejos de las salvajes montañas de Bosnia y de Serbia donde muchos observadores lo creían escondido.

El ex jefe militar de los serbios de Bosnia, inculpado por genocidio y crímenes contra la humanidad desde 1995 por el Tribunal Penal Internacional (TPI) para la ex Yugoslavia, por su rol en las matanzas de Srebrenica y el sitio de Sarajevo, vivía en el localidad de Lazarevo (80 km al noreste de Belgrado), en casa de un primo, Branislav Mladic.

“Estaba solo en el momento de la detención (…) únicamente rodeado de sus primos. Ninguno de sus soldados estaba con él”, dijo una fuente anónima citada por el diario serbio Blic.

Mladic, que había dado a entender que opondría una feroz resistencia a quienes vinieran a detenerlo, no hizo uso de la fuerza.

Según el diario Vecernje novosti, que cita a un vecino, Mladic estaba en su habitación, en pijama, en el momento de su arresto. El testigo explicó al diario haber ayudado a vestirse al ex militar, quien no utilizó las dos pistolas que poseía.

Se ignoraba el viernes cuánto tiempo pasó Ratko Mladic en el pueblo de Lazarevo.

Dos diarios serbios divulgaron el viernes en primera página una foto de frente de Ratko Mladic, en la que aparece envejecido y flaco, con el pelo canoso bajo una gorra de béisbol.

Queda así lejos la época en la que Mladic se paseaba orgulloso por Belgrado, pese a las acusaciones que pesaban contra él en el TPI.

Durante cinco años, quien fuera acusado de ser uno de los principales responsables del genocidio de Srebrenica, donde murieron 8.000 adolescentes y hombres musulmanes de Bosnia, desafió abiertamente a la justicia internacional, acudiendo a bares y restaurantes de Belgrado, practicando esquí u ocupándose de las rosas de su jardín.

Pero tras la caída del ex presidente serbio Slobodan Milosevic, en octubre de 2.000, y su traslado a La Haya, en junio de 2001, Ratko Mladic ingresó en la clandestinidad para huir de la justicia.

El gobierno del primer ministro serbio Zoran Djindic habría intentado en vano convencerlo de que se rindiera.

Mladic pasa entonces de apartamento en apartamento en Belgrado para eludir a los investigadores, y goza del apoyo de algunos de sus antiguos compañeros.

Un ex guardaespaldas contó a los jueces, en 2009, la fuga de Mladic, e indicó que había sido escondido en cuarteles militares, especialmente en Topcider en Belgrado.

Según insistentes rumores recogidos por la prensa, las inesperadas muertes de soldados de las fuerzas especiales en los cuarteles habrían estado vinculadas al descubrimiento de Ratko Mladic en su escondite.

Igual que Radovan Karadzic, se sospecha que Mladic también tuvo la protección de ciertos miembros de la iglesia ortodoxa durante su fuga, y de haber sido albergado en monasterios.

En 2009, aparecieron en una televisión de Sarajevo imágenes de Mladic en pistas de esquí de Serbia o de Bosnia, aunque según fuentes oficiales las imágenes fueron incautadas en 2008 durante un registro en la casa del ex jefe militar.

Luego, su familia alegó que Ratko Mladic había muerto.

El jueves, su detención puso fin a 16 años de fuga del hombre más buscado en Europa.