Una pugna por el control de un vicariato entre los Carmelitas Descalzos y los Heraldos del Evangelio, atizada por las críticas del presidente Rafael Correa contra estos, precipitó la salida de ambas órdenes de una zona del norte de Ecuador, anunció este martes la Iglesia católica.

Las congregaciones libraban una disputa de casi seis meses por el vicariato de la provincia amazónica de Sucumbíos, después de que el Vaticano entregó su control a los Heraldos del Evangelio. La jurisdicción estuvo a cargo del obispo carmelita Gonzalo López durante 40 años.

“Los misioneros Heraldos del Evangelio, luego de una serena revisión de todas las circunstancias, han considerado oportuno, como un gesto de delicadeza y disponibilidad con el Santo Padre, poner en sus manos la comisión recibida”, señaló la Conferencia Episcopal Ecuatoriana (CEE) en un comunicado.

La pugna se atizó después de que Correa llamó “ultrafundamentalistas” a los Heraldos, y alcanzó su tensión máxima el domingo con un enfrentamiento a golpes entre seguidores de ambas órdenes en Lago Agrio, capital de Sucumbíos.

Ese día los feligreses de los Heraldos exigieron a los de los Carmelitas desalojar las inmediaciones de una catedral donde protestaban desde el 17 de mayo.

Debido a ello, el obispo Angel Sánchez, a quien el Papa encomendó hace un mes el vicariato de Sucumbíos, convocó a jerarcas de ambas órdenes a una reunión en Quito, tras la cual se anunció la renuncia de los Heraldos a la misión y también la salida de los Carmelitas de Sucumbíos.

Estas decisiones son fruto de un “acuerdo” para superar el conflicto, dijo a la AFP la portavoz de la CEE, Miriam Amagua.

“Conforme a las disposiciones emanadas por el superior general de la orden de Carmelitas Descalzos, el equipo de frailes carmelitas que servía en San Miguel de Sucumbíos ha salido de la zona y ha entregado formalmente a monseñor Angel Sánchez (…) los espacios y tareas que corrían a su cargo”, indicó el comunicado.

Las labores de ambas órdenes serán asumidas temporalmente por sacerdotes de otras seis jurisdicciones, incluidas las arquidiócesis de Quito y Guayaquil (suroeste), precisó Amagua sin detallar las congregaciones.

Correa tilda a los Heraldos de “secta” y los acusa de pretender acabar con el trabajo social de sus antecesores.

El mandatario ha amenazado con vetar el nombramiento en propiedad de un prelado de los Heraldos, mientras que su vicecanciller, Kintto Lucas, sostiene que incluso se podría revisar el tratado que rige las relaciones con el Vaticano por ese caso.