El Ministerio del Interior publicó el informe del ISP con el que autorizó a Carabineros volver a usar los gases lacrimógenos en manifestaciones.
Se trata de una revisión bibliográfica realizada por el Instituto de Salud Pública, que en 3 días no encontró algún estudio que comprobara los severos efectos a la salud de estos químicos, según se ha denunciado.
El informe señala que el ISP realizó un análisis químico para comprobar la presencia del compuesto CS en el gas lacrimógeno. El resto del estudio se dedicó a la revisión de informes científicos.
El documento emanado del Ministerio de Salud, destaca entre su bibliografía un estudio realizado en 1973 a ratas embarazadas, las que no presentaron problemas ante la exposición al CS.
En el mismo apartado, se desestiman estudios realizados en Medio Oriente, donde sí se comprueba “riesgo de abortos involuntarios y mortinatos”. El informe dice que “no se sabe si estos riesgos fueron causados directamente por la exposición al gas CS, o por otras causas asociadas al ámbito de guerra”.
Para finalizar los argumentos, se cuestionó la denuncia basada en las observaciones hechas por el toxicíologo de la Universidad de Chile Andrei Tchernitchin, asegurando que no encontraron “estudios experimentales por él publicados, que permitan una asociación causal entre CS y aborto en mujeres expuestas”.
El martes pasado, el ministro del Interior, Rodrigo Hinzpeter, anunció la suspensión del uso de lacrimógenas por parte de Carabineros hasta contar con informes médicos que disipen las dudas generadas por la polémica.
Este viernes, el ministro revirtió la medida asegurando que el Gobierno llegó “a la convicción de que los gases lacrimógenos que usa Carabineros, en la concentración empleada de 0,4 milímetros por metro cúbico, no tiene efecto abortivo, ni causa daños a la salud”.