El gobierno conservador británico y su predecesor laborista “juzgaron mal” el riesgo de que las armas exportadas a países como Libia o Bahréin pudieran ser usadas en contra de la población, según las conclusiones de un informe parlamentario dado a conocer este martes.

“Concluimos que tanto el gobierno actual como su antecesor juzgaron mal los riesgos de que las armas aprobadas para exportar a algunos países en el norte de África y Oriente Medio pudieran ser usadas para la represión interna”, estimaron los miembros de la Comisión de Control de las Exportaciones de Armas de la Cámara de los Comunes británica.

El informe revela que Gran Bretaña vendió armas a varios países de la región, entre ellos Libia, Bahréin y Egipto incluso el año pasado.

En el caso de Libia, por ejemplo, se aprobaron exportaciones de municiones para armas ligeras y antimotines, así como gases lacrimógenos y tecnología de infrarrojos y térmica.

La comisión presidida por Sir John Stanley subraya, sin embargo, que la coalición de conservadores y liberaldemócratas liderada por David Cameron “dio marcha atrás enérgicamente” tras el estallido de las revueltas populares a principios de este año.

En ese sentido, expresa su satisfacción por la revocación de un total de 156 licencias de exportación de armas a Libia, Bahréin, Egipto y Túnez, desde el inicio de la llamada “primavera árabe”.

En sus conclusiones, recomienda que “el gobierno debe explicar cómo piensa reconciliar el posible conflicto de intereses entre un énfasis creciente en promover las exportaciones de armas con la defensa incondicional de los derechos humanos”.

Un portavoz del ministerio de Empresas, dijo que el gobierno iba a estudiar las conclusiones y recomendaciones de este informe, pero afirmó que el Reino Unido opera “uno de los sistemas de control de las exportaciones de armas más robustos y transparentes del mundo”.