Un atentado suicida cometido en pleno centro de Estambul causó 22 heridos y las primeras investigaciones apuntan a un ataque cometido por rebeldes kurdos.

“Pensamos que se trata de un atentado suicida”, aseguró el jefe de la policía de la gran ciudad turca, Huseyin Capkin, precisando que 10 de los heridos eran policías y los otros 12 civiles y que la vida de ninguno de ellos está en peligro.

En un primer balance, Capkin cifró en 15 el número de heridos, seis civiles y nueve policías. El responsable aseguró que el objetivo del ataque era la policía: “Trataron de entrar en un autobús de la policía, pero no lo lograron”.

Ninguna autoridad de la ciudad pudo precisar la suerte del kamikaze. Según Capkin, el suicida era “un hombre” y murió en el atentado. Los canales de televisión mostraron imágenes de policías cubriendo a una persona sin vida que yacía en el suelo, así como imágenes de los servicios de socorro atendiendo a algunos de los heridos.

Según testigos citados por las televisiones, una violenta deflagración se produjo sobre las 10H30 locales (08H30) en la explanada de la Plaza de Tazsim, el centro neurálgico de esta ciudad.

Se trata del mayor barrio comercial y de ocio de la zona europea de la ciudad, por lo que es frecuentado por decenas de miles de personas todos los días y vigilado por policías antidisturbios las 24 horas.

Tras el atentado, la policía acordonó la zona y cerró varias calles, incluida la histórica vía peatonal Istiklal, informaron los canales CNN Turquía y NTV.

El gobernador de Estambul, Avni Muntlu, declaró que se trataba de una acción de un “grupo terrorista”, pero sin precisar cuál.

En el pasado, miembros del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK) y grupos de extrema izquierda han llevado a cabo atentados con bomba en Estambul, ciudad de más de 12 millones de habitantes.

Expertos citados por los canales de televisión apuntaron al PKK como autor del atentado, después de que la tregua unilateral decretada el 13 de agosto contra las fuerzas de Ankara expirara este domingo.

Sin embargo, el jefe militar del PKK, Murat Karayilan, aseguró la pasada semana en una entrevista al diario Radikal que no atentarían contra civiles y que su movimiento estaba dispuesto a prolongar la tregua si el gobierno turco aceptaba dialogar.

“Estamos a favor de un alto el fuego permanente… Estamos a la espera. No hemos decidido todavía”, declaró Karayilan.

El PKK, que está considerada una organización terrorista por el gobierno turco y por varios países, lucha por la autonomía del sureste de Turquía. El conflicto, iniciado en 1984, ha causado desde entonces al menos 45.000 muertos, según el ejército.

Según la agencia turca Anatolia, se trata del tercer atentado suicida cometido contra las fuerzas del orden en el mismo barrio de Estambul desde 1999.

El pasado 22 de junio, una bomba explotó al paso de un autocar militar en otro barrio de Estambul, matando a cinco soldados y a la hija de uno de ellos.

Este atentado fue reivindicado por el grupo radical kurdo “Los Halcones de la Librtad del Kurdistán” (TAK) considerado por Ankara como un nombre de prestado utilizado por el PKK cuando comete actos susceptibles de chocar a la opinión pública.